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Cuadernos de quejas para resucitar al Doce

Los adolescentes leyeron manifiestos a los políticos de distintas instituciones para emular a los 'cahiers' de la Revolución Francesa Una asamblea de jóvenes reúne las 'exigencias' de la provincia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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El 27 de julio de 1789 el conde de Tolouse leyó los célebres cuadernos de quejas franceses -'cahiers de doleances'- ante una asamblea ansiosa por desprenderse del yugo absolutista. El Tercer Estado francés vertió sus reivindicaciones y esperanzas en ellos, con la vista puesta en poder participar en los designios políticos. Libertad, igualdad y fraternidad fueron su bandera. Pero seguro que no esperaban que sus ideas calaran tanto como para traspasar fronteras y llegar hasta el Cádiz de 1810. Aquí les esperaba un grupo de diputados con una esperanza similar a la que albergaban ayer 85 jóvenes de la provincia participantes en la I Asamblea Provincial para Jóvenes del Doce: hacer oír su voz.

Los jóvenes de La Janda, la campiña de Jerez y la Sierra se convirtieron en diputados por un día y acercaron sus reivindicaciones ante las instituciones provinciales. La actividad, celebrada en el Aulario La Bomba, era la última de una 'gymkana' de 193 jóvenes que comenzó en sus localidades de origen y que estaba destinada a que conocieran la Constitución de 1812 y elaboraran un manifiesto reivindicativo, como explicó la historiadora Hilda Martín, coordinadora del evento.

Federico Pérez Peralta, vicepresidente primero de la Diputación; Inmaculada Tinoco, de la Delegación de Educación; María Naval, diputada de Ciudadanía y Marieta Cantos, vicerrectora de la Universidad de Cádiz, fueron los encargados de escuchar las protestas de los jóvenes de entre 14 y 17 años.

Quejas que estuvieron condensadas en tres manifiestos -uno por cada área- que abundaron en las carencias de sus localidades. Medios de transporte, empleo u oferta cultural, deportiva y de ocio fueron el centro de sus reivindicaciones políticas. De poco sirvió el recuerdo de Peralta a los grandes logros de la Diputación y de la Junta, Salomé Caravaca y Antonia María Cantero (por la Janda), Antonio Medina (por Grazalema) y Neiva Millán (de la campiña jerezana) lanzaron sus quejas a la espera de ser asumidas desde el otro lado del estrado. De momento, ayer se llevaron piropos -«me alegra que os sintáis involucrados con los políticos», manifestó Naval- y promesas de hacer lo posible.

Además de la certeza de sentirse escuchados y disfrutar, de la mano de Animarte, de una ruta por los lugares claves del Doce. Todo para la ascendencia de los que hicieron posible la revolución gaditana, como sintetizó Hilda Martín: «No es sólo una cuestión de Cádiz y San Fernando. Vuestros pueblos hicieron un gran esfuerzo, se jugaron la vida por suministrar a la ciudad. Sin ellos, el sitio de Cádiz no habría aguantado. Y eso es así, le pese a quien le pese».