Deportes/Baloncesto

La chistera de Dusan Ivkovic

Un primer cuarto memorable de Velickovic y Bjelica sienta las bases de la eliminación española en Tuquía

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Va de cuentos infantiles. Zoran Savic, un ilustre de la riquísima vitrina serbia, reeditó ayer en una columna de opinión el relato del lobo revestido de cordero. «Creo que no será posible», venía a decir el ex-pívot del Barcelona sobre la hipotética victoria de su país en el duelo de cuartos ante la selección española.

Eso sí, acertó en bautizar con apellido el desenlace del combate entre ambas selecciones nacionales. Apuntaba a Teodosic, puro talento de mirilla asesina en el puesto de base, como posible estoqueador del equipo español. Y así fue, con un triple desde ocho metros muy bien defendido por Garbajosa a tres segundos del final del choque.

Más literatura infantil. La selección de Serbia había clavado hasta entonces los pilares de la tierra con estacas manejadas por el propio Teodosic, Rasic, Krstic y Perovic. Del segundo y el cuarto apenas se supo ayer, el tercero cumplió su cometido de martillo pilón, pero Dusan Ivkovic -entrenador sabio y taimado, un azote para la educación deportiva- leyó el relato de Pinocho.

Con él declamando al muñeco de madera le creció la nariz en una sucesión de embustes. Sentó todo el primer cuarto a Krstic y se sacó de su chistera de prestidigitador a dos hombres no convocados, en principio, a determinar el cauce del partido.

No por falta de calidad, quede claro. Pero el 'merengue' Velickovic recuerda a ese Curro Romero que lo mismo agitaba el fervor en los tendidos que esquivaba almohadillas lanzadas a mala leche. Ayer circunvaló el ruedo en una actuación memorable personal, concentrada sobre todo en el primer cuarto. Le acompañó en el tercio de quites el nuevo baskonista Bjelica, que obtuvo rédito por estatura en su emparejamiento con Rudy Fernández.

Entre ambos jugadores decidieron que España remase toda la tarde en contra de la mar bravía. Los chavales de Ivkovic se mostraban más fiables que los miembros de la escuadra española dentro de un encuentro disputado al filo, que bien podría haberse celebrado en un parque de atracciones por su tendencia al vértigo de las montañas rusas. Y, sobre todo, el combinado de Serbia acudió a la batalla con tropa suplementaria. Hasta seis hombres superaron la barrera de los diez puntos al final del encuentro, con mención especial para Teodosic, ese loco que destrozó a España con un lanzamiento imposible.