Momento en que el toro embiste al diestro mexicano Arturo Macías. :: EFE
Sociedad

Grave cornada a Arturo Macías

El torero mexicano fue trasladado en UVI al Hospital de Jerez. Padilla se fue de vacío con el peor lote de un encierro muy bien presentado de Buenavista

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Caída ya la tarde, y mientras las mulillas arrastraban al último toro, flotaba en el ambiente el especial aroma que deja una corrida de toros intensa, en la que se vivió la fiesta en sus dos perfiles: la cara de la gloria en Oliva Soto, y la cruz de la tragedia en Arturo Macías. Sucedió ésta cuando el mexicano cobraba una grave estocada de la que salió prendido de forma escalofriante y colgado del pitón durante unos segundos eternos. La quemazón de la cornada abriéndose paso en el cuerpo del torero como un murciélago gris y ciego.

El parte médico inicial firmado por el cirujano jefe de la plaza de El Puerto, el doctor Mendoza, indicaba un pronóstico «muy grave», con «cuadro torácico en distintas partes del cuerpo» y «dos heridas en la cara lateral del hemitórax derecho, que se comunican entre ellas, con un trayecto que atraviesa la pared torácica y le produce un neumotórax». Tras ser estabilizado en la enfermería, Macías fue trasladado en UVI al Hospital de Jerez.

Durante su faena, había mostrado Macías sus cualidades de diestro de impávida verticalidad cuando cuajó cuatro gaoneras muy ceñidas a su primero y ejecutadas con las zapatillas atornilladas en la arena. Franela en mano citó desafiante en los medios a ejecutar tres pases cambiados por la espalda, pero cuando intenta el toreo fundamental, el enemigo, manso, sale en espantida en busca de las tablas. Aún así, dibujó una tanda de redondos, plena de intensidad, hondura y ligazón. Falló a espada en éste y volvió a demostrar hieratismo y quietud en los lantes a pies juntos con que recibió al quinto y en el inicio por alto de su trasteo. Este animal, con un acometer renuente y desigual tampoco le ofreció facilidades. Tras un bello final de faena a base de bernardinas, se volcó con las espada el morrillo de la red y salió prendido y corneado.

El diestro de Camas, Oliva Soto demostró ser un torero con verdadero pellizco y auténtico sabor. Su primer enemigo fue un burraco precioso de Lámina, armónico de trapío, que parecía reconciliar a la afición la genuina estampa de un toro bravo, empujó con fuerza en el caballo y derrochó casta y despertó interés en todos los tercios de la lidia. Tras lucirse en un quite por delantales de gran ajuste y donosura, aguntó con gallardía las acometidas iniciales de la red, hasta estampar varias series cuajadas de derechazos, rebozantes de plasticidad y emoción, pero el toro tendía a echar la cara arriba a la salida de los muletazos, defecto que menoscabó el lucimiento de Oliva Soto que, a pesar de ello, dejó patente torería y unas ganas inmensas de triunfar. Con el animal que cerraba plaza cuya embestida que presentaba franca, boyante y humillada, el sevillano se reveló como un consumado y estilista capotero que puso al público en pie tras sentir el toreo en unas verónicas con la suerte cargada y de desbordada vibración. Excelente muletero también, prodigó pases largos, limpios y relajados ya brochó su labor con unos ayudados finales de gran belleza.

No tuvo suerte con su lote Juan José Padilla. Su primero, de poca fuerza, perdía las manos con asiduidad y se desplomaba el torero le bajaba el engaño. El cuarto, mansurrón, de embestida incierta con el pitón derecho y muy corta por ambos, sólo permitió a Padilla rea lizar un gran esfuerzo para extraerle aislados muletazos. Ya que no con las tela, Padilla destacó con los aceros: banderilleó con facilidad y solvencia a sus enemigos y cobró dos grandes estocadas al volatié.

Un diestro en la enfermería y otro que sale a hombros por la puerta grande: La cara y la cruz de la fiesta.

Parte médico

Según el parte médico del Doctor Mendoza, el torero presenta un pronóstico muy grave. Tras la cogida se observa cuadro torácico en distintas partes del cuerpo, precisa anestesia general y se le exploran dos heridas en la cara lateral del hemitórax derecho, que se comunican entre ellas, con un trayecto que atraviesa la pared torácica y le produce un neumotórax.

Mendoza ha comunicado que se le deja un tubo de Neratón en el hemitórax derecho, se le explora por parte del anestesista y se comprueba la reexpansión del pulmón derecho. Inmediatamente después Arturo Macías ha sido trasladado en UVI al Hospital de Jerez.