El Ayuntamiento no tiene ninguna normativa que controle el vestir de la gente por la calle. :: EVA LINDBERG
CÁDIZ

Descamisados no, gracias

La ciudad carece de una ordenanza que prohíba o limite la posibilidad de ir desnudo o con el torso descubierto por la calle Los hosteleros aplican sus normas para regular la vestimenta en los locales

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Por poder, puede usted pasear por Cádiz como su progenitora le trajo al mundo. No hay ninguna normativa municipal que lo prohíba, como sucede en otras ciudades como Barcelona o San Sebastián (con polémica de por medio). Aquí, aunque no se suele dar el caso, sí hay personas que consideran que la mejor forma de combatir el calor es librarse de cualquier pieza textil, excepto del traje de baño o pantalón corto.

Por la calle, lo que se quiera, pero en los establecimientos mandan empresarios y hosteleros. Es frecuente que muchos usuarios de la playa no perciban la sutil frontera que hay entre la zona de duchas y el área cerrada de un restaurante. Por eso, algunos han optado por colgar carteles que aluden a la necesidad de mantener las normas de higiene o decoro.

A eso apela, por ejemplo, Pancho Jiménez, del restaurante El Viajero. «En la terraza no especificamos, se puede ir en bermudas y camiseta, pero en el restaurante no se puede entrar sin cubrir, por cuestiones de higiene».

Esa viene a ser la norma adoptada por una gran mayoría de los consultados. Mientras en la terraza se hace la vista gorda, por estar al aire libre, a la hora de ingresar en un comedor se impone, al menos, ir con el torso cubierto, tanto para hombres como para mujeres (aunque los primeros suelen ser los más rápidos en deshacerse de prendas).

La mayoría, eso sí, no protesta cuando se le advierte de la circunstancia. «Salvo algún malaje», puntualiza Santi Chapela, encargado de La Granja de Santa Ana.

«A veces hay gente que entra y cuando le digo que por favor se ponga la camiseta, me dicen que hace mucho calor; pues te pongo el aire», comenta Toni, en el Arsenio Manila. En este último local, tampoco se permite entrar sin camisa o camiseta y por las noches, se intenta que tampoco haya chancletas y otras prendas playeras. «De todas formas, hay veces que hay clientes habituales con los que nos lo saltamos», confiesa.

Lo más habitual, apunta Pepa Cueto, de la arrocería La Pepa es utilizar el sentido común.

Es cierto que no es habitual que la gente no tenga en cuenta esa norma no escrita -en muchos casos- a la hora de sentarse a comer o tomar una cerveza. «Aunque siempre hay un despistadillo», puntualiza Cueto. En esos casos, suele bastar con la educación y la frase diplomática.

También es cierto que en estos tiempos de crisis, nadie quiere ahuyentar clientes. «Nosotros le solemos decir que si quieren sentarse dentro, tienen que ponerse la camiseta y si no, pueden quedarse en la terraza», corrobora Chapela. «No se puede ser tan estricto», agrega.

¿Son locales o foráneos los que más se saltan la 'etiqueta'? Depende de quién opine. Algunos de los cuestionados achacan estos males a los turistas que vienen de Sevilla y Madrid y otras poblaciones más o menos lejanas (no hay demasiados extranjeros por la zona), mientras otros afirman, categóricos, que suelen ser los gaditanos los más relajados a la hora de cumplir con lo políticamente -o mejor, estéticamente- correcto.

«Al final, es lo mismo que con los fumadores. Hay gente que no entiende que hay una ley que hay que cumplir, por mucho que el local esté vacío», explica uno de los dueños de El viajero.