Sociedad

NOS QUEDA LA PALABRA

Hoy se clausura la Feria del Libro de Madrid

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Alto, con el pelo blanco largo y vestido de negro, Paco Ibañez nos hizo rememorar aquellas canciones, poemas que nos trasmitían sentimientos de libertad en los 70. Cantó sólo tres canciones, entre ellas 'Me queda la palabra', aquel inolvidable poema de Blas de Otero al que la Fundación Círculo de Lectores le dedicó un homenaje a raíz de la publicación de 'Hojas de Madrid con la galerna', libro que recoge 161 poemas inéditos del poeta y que son un anticipo de la publicación de sus obras completas, que saldrán a la calle en otoño. Fue un acto emotivo en la carpa que el Círculo tiene en la Feria del Libro de Madrid y donde se han desarrollado actividades durante las dos semanas en que los libros han tomado El Retiro. Ibañez cantó y habló de su amigo Blas de Otero con la profesora Sabina de la Cruz, que es la viuda del poeta y presidenta de la Fundación que lleva su nombre. El poeta y periodista Javier Lostalé que presentó el acto, se sumó a la fiesta de la palabra ayudando a la emotividad que vivimos más de un centenar de personas, tanto por la calidez de su voz como por su amplio conocimiento de la obra del poeta. Se habló de poesía, también del Blas de Otero íntimo, el profundamente humano. Ibañez recordó cómo nació su amistad desde que le conociera en el cafetín parisino dónde cantaba sus canciones para ganarse la vida durante los 60 en Francia. Sabina de la Cruz, por su parte, dijo que le conoció en el salón de su casa, en septiembre de 1961, a dónde le llevaron un grupo de amigos, entre ellos el escultor Agustín Ibarrola. «Me quedé tan sorprendida que no hablé durante toda la noche», comentó. «Admiraba profundamente al poeta, y para mí fue como si Cervantes estuviese en mi casa».

Ese pabellón fue el viernes la casa del poeta. Se sintió al Blas de Otero de los versos pero también a aquel al que definió Javier Lostalé como ejemplo de honestidad, rebeldía contra el silencio y amplio concepto de la libertad.

Y la libertad de los libros que buscan otros espacios y otros lectores hace que este domingo el paseo de coches del Retiro vuelva a quedarse desnudo. Acaba la feria y se desmantelan las casetas que desde hace 69 años atraen a curiosos, cazadores de autógrafos y, sobre todo, a lectores.

Mañana se conocerá el balance de visitantes y de compradores en estos tiempos de crisis. Si es por visitantes no creo que haya disminuido mucho porque han sido numerosas las personas que han acudido a los actos organizados, especialmente a los vinculados a los países nórdicos, los invitados de honor. No sólo se ha hablado de novela negra, que ha hecho populares a Läckberg, Äsa Larsson o Steig Larsson, sino también de otros géneros y autores como el noruego Jostein Gaarder('El mundo de Sofía'). Habrá que esperar 350 días para volver a ver a las casetas plantadas junto a los viejos árboles del parque. Mientras, los libros, continúan libres a la espera de que cualquiera de nosotros los atrape y haga suyas sus páginas.