La larga vida publicitaria del 'tío' más famoso del mundo

Hasta en Rusia, en una valla escrita en cirílico, se pudo leer en su momento el famoso eslogan que se convirtió en la enseña del fino Tío Pepe: «Sol de Andalucía embotellado».

Ésa misma frase es la que luce, y seguirá luciendo, en el histórico luminoso que corona el ático del antiguo Hotel París de Madrid de la Puerta del Sol desde 1937. Este rótulo es ya uno de los más emblemáticos de España, lo que le ha merecido el indulto del Ayuntamiento de Madrid, y desde 1946 luce con la nueva imagen del Tío Pepe que creara para la bodega el creativo Luis Pérez Solero, la que lleva los brazos en jarras.

Gracias a este anuncio, a los que recorrían las calles de Barcelona aupados al tranvía, a los que lucían también en las cornisas de la plaza Nueva de Sevilla y a los que años después se pudieron ver en prensa y en televisión, el fino Tío Pepe, el vino que tomó su nombre del tío de Manuel María González que le inculcó el amor por los caldos y por el negocio, se transformó en el tío más famoso del mundo. Todos los turistas lo fotografiaban, preguntaban por el significado del símbolo y a estas alturas ya forma parte del imaginario y del patrimonio cultural de este país.

El padre de la criatura, el que humanizó la botella, fue un auténtico pionero de la publicidad en España que fue contratado por González Byass como jefe de propaganda en el año 1934 y que creó el nuevo icono con motivo del primer centenario de la Casa.

El nuevo toque que le dio Pérez Solero al Tío Pepe hizo que diera el salto a la fama definitivo. Así, con su traje y sombrero cordobés de color rojo acompañado de una guitarra, el fino de González Byass se promocionaba para estar presente en todas las mesas.

Eso sí, desde su nacimiento hasta la actualidad el símbolo ha sufrido diversas evoluciones, aunque la más reseñable es que muy pronto tuvieron que desecharse los primeros diseños del logotipo de Pérez Solero, porque mostraban la figura con el brazo derecho en alto.

Contrariamente a lo que se cree, el cambio hasta la imagen actual de los brazos en jarras no tiene una connotación política, sino una razón mucho más prosaica. Y es que la bodega Sánchez Romate Hermanos, una de las más antiguas de Jerez, acompañaba algunos de sus productos con la mascota de 'El Curro' o 'El Jerezano', y había registrado el uso de marcas gráficas de personajes parecidos con los brazos en diferentes posiciones.

No fue necesario llegar a los tribunales, porque la casa de Cardenal Mendoza llegó a un arreglo con González Byass por el que le permitía el uso de la figura del Tío Pepe pero siempre y cuando no apareciera con la mano derecha alzada. Además, ya en 1980, González adquirió por una buena suma todas las marcas gráficas registradas por Sánchez Romate.

Sea como fuere, el Tío Pepe se convirtió en un ciudadano más de la época, que se promociona junto a lemas como «Para luchar por España, ¡bébeme, español, primero!», y del que incluso decían algunos eslogan que fue «lo único que no pudieron destrozar los rojos».

Lo cierto es que la calidad que le imprimió Pérez Solero a la publicidad y la creatividad de la bodega alcanzaron cotas que nunca antes se habían explorado en el país. Sin ir más lejos, los dos primeros Leones de Oro de la publicidad española otorgados por el Festival de Cannes los logró en 1958 y 1959 González Byass.

El anuncio que ganó en 1958 había sido encargado a Estudios Moro, una empresa publicitaria de Madrid, que rodó un spot para los cines y las recién nacidas televisiones. Pegando fotograma a fotograma para darle movimiento, el anuncio hace bailar a 'tío pepes' con catavinos, y ya es un clásico.

En 1963 González Byass obtuvo otro León de Oro con un anuncio titulado «Embajador de España», muy original y divertido, basado en las reuniones de la ONU. Y en el año 1965 llegó León de Oro para Tío Pepe con la película 'Ritmo y Copas'.

Los últimos spots de la Casa, los de las sombras que se ciernen sobre Andalucía, los ha rodado la empresa de Bassat.