El Constitucional fracasa en su intento de dictar un fallo duro contra el 'Estatut'

El Tribunal Constitucional fracasó ayer en su sexto intento en dos años y medio de dictar sentencia sobre la legalidad del Estatuto de Cataluña. La ponencia elaborada por el vicepresidente de la corte, el conservador Guillermo Jiménez, fue debatida durante menos de tres horas por el pleno del tribunal. El magistrado retiró el borrador de fallo de la mesa, sin someterlo siquiera a votación, tras comprobar que no contaba con los apoyos suficientes para convertirlo en sentencia. No tuvo otra opción. Necesitaba un mínimo de seis de los diez votos de la sala para aprobarlo y no contaba ni con el apoyo de cuatro juristas progresistas ni con el de los conservadores más críticos con el 'Estatut', Javier Delgado y Jorge Rodríguez Zapata. El respaldo del progresista Manuel Aragón y del conservador Ramón Rodríguez Arribas no fueron suficiente.

Hace un mes, el 16 de abril, naufragó el borrador de resolución patrocinado por los magistrados progresistas, el fallo más benévolo con el 'Estatut' que iba a ser capaz de dictar el tribunal, y hoy sufrió idéntico destino la primera y posiblemente última oportunidad del sector conservador de la corte de resolver el recurso según sus tesis, con el recorte más duro posible a los 125 artículos y disposiciones del texto catalán recurridos por el PP el verano de 2006. La resolución progresista, elaborada por Elisa Pérez y rechazada el 16 de abril por los cinco magistrados conservadores y por el progresista Manuel Aragón, declaraba inconstitucionales 15 artículos y marcaba las líneas rojas a que debía ajustarse el desarrollo otros 24 para poder ser tenidos por legales. El borrador de Jiménez, el retirado hoy, endurecía la ponencia de Pérez al anular otros siete artículos más y elevar el número de los preceptos sujetos a interpretación. Entre otros aspectos, declaraba inconstitucional la calificación por el 'Estatut' como «nacionales» de los símbolos de Cataluña, condición que en el quinto borrador no fue aceptada por los progresistas y que impidió que se aprobase con el apoyo de Aragón.

Callejón sin salida

El nuevo fracaso deja al tribunal muy cerca de lo que podría ser un callejón sin salida, de la incapacidad, con su actual composición, para conformar una mayoría que le permita dictar sentencia sobre este recurso. Ni los progresistas pueden imponer sus tesis -salvo que Aragón cambie de postura- ni los conservadores son capaces de formar una mayoría alternativa.

En lo que posiblemente sea el último intento de la corte de salir de la situación de bloqueo, la presidenta, la progresista María Emilia Casas, ha decidido elaborar ella misma el séptimo borrador de sentencia. Su compromiso es tratar de presentar al pleno una nueva propuesta de fallo en las próximas semanas que consiga el respaldo de una mayoría, por pírrica que pueda ser. Si fracasa, posiblemente no haya más intentos hasta el próximo mes de noviembre, hasta después de terminada la campaña de las elecciones autonómicas catalanas. De hecho su éxito será muy complicado, porque sus tesis no se separarán mucho del último borrador que elaboró Pérez con la colaboración de la propia presidenta, quien la ayudó en las negociaciones que fracasaron.