CÁDIZ

Por optimismo, que no quede

La visita real acapara los flashes y miradas antes de que arrancaran las jornadas de trabajo y los intercambios comerciales La delegación brasileña coincide con la gaditana en los buenos augurios

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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¿Sois jóvenes empresarias? Las aludidas miran con curiosidad. «Mujeres de», responde una. La escena sucede en el cóctel de inauguración del Congreso. La periodista otea el horizonte. Muchas chaquetas con sus respectivas corbatas y sobresaliendo, por encima de todas ellos, el Príncipe, a quien la altura y la aglomeración de gente que quiere «ser presentada» no le deja pasar desapercibido.

Una criba por colores permite localizar a una joven empresaria. Se llama Carolina Valente y es brasileña, aunque nadie lo diría por su acento porteño. Ha venido con una delegación de diez personas, cuatro de ellas mujeres. Carolina montó su empresa, que se dedica a hacer proyectos para el Gobierno brasileño, a los 25 años. Cuenta que su país vive un momento dulce en lo económico y en lo social: su designación como país anfitrión de la Copa del Mundo de Fútbol (2014) y los Juegos Olímpicos (2016) han insuflado optimismo a Brasil, aunque, igual que en España, «muchos brasileños no lo sienten así todavía».

La joven carioca aún no ha tenido mucho tiempo de conocer la ciudad, pero sí de hacer algunos contactos comerciales. «Hemos estado visitando un negocio de reparación de barcos y me ha encantado conocerlo», explica esta mujer que exuda seguridad.

Pese a los disgustos que destilan cada fin de semana las páginas salmón de los periódicos, el pesimismo no ha cundido entre los jóvenes emprendedores. Tampoco en los de Cádiz. Ismael Gómez, Paco Alvarado y Pilar Gómez son tres de los asociados que asisten al congreso. Ismael y Paco acaban de conocerse y ya han establecido una relación comercial. «Esto es un bar de amigos con intereses comunes», dice Paco, que tiene un empresa de servicios, Prodat. E incluso se atreve a dar su diagnóstico: «El futuro no es negro», afirma y sus dos contertulios asienten. Ismael, dueño de Traducom, una firma dedicada a la traducción, ahonda: «Las crisis en la economía son cíclicas. Vamos a remontar», dice sin asomo de duda. Su discurso era más optimista, incluso, que el de los políticos que participaron en el acto.

Por cierto, pasando lista casi no faltó ninguno de ellos. Desde la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, con buena parte de su equipo, al presidente de la Diputación, Francisco González Cabaña, pero también la primera edil de Jerez, Pilar Sánchez, y el de El Puerto, Enrique Moresco. Ni el secretario de UGT, Pedro Custodio, se perdió el evento (¿tomaría nota de las recomendaciones de hacer la reforma laboral «cuanto antes»?).

En la mesa presidencial, la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, a quien salió a recibir el delegado provincial, Daniel Vázquez. La consejera, por cierto, estuvo un buen rato charlando con Teófila, aunque fue una de las pocas excepciones. En general, en los corrillos cada 'oveja' -en el buen y único sentido del término- se juntó con su pareja. Los concejales del PP, por ejemplo, acompañaron al presidente de Nuevas Generaciones, Nacho Uriarte.

De anfitriona también ejerció la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que no tuvo mucho tiempo para saludar a los suyos, pero sí tuvo que posar para algunas fotos.

Las cámaras -siempre y cuando no fueran las de la prensa, porque a la 'canalla' no se les dejaba ni abrir el cuaderno- estuvieron revoloteando alrededor de la ministra, pero sobre todo, en torno al Príncipe de Asturias.

Los más tímidos le usaron como fondo de pantalla y los más atrevidos esperaron pacientemente en el enjambre que lo rodeaba. Conseguida la instantáneo, en un grupo de jóvenes empresarios españoles se mostraban los trofeos. «Te tenías que haber puesto más serio», le reñían a uno de los retratados.