«Sería un parque estupendo»

Joaquín Parra tenía 20 años la primera vez que pisó el Rancho de La Bola. Entonces se disponía a cumplir con el servicio militar obligatorio y lo destinaron desde su Granada natal a un recinto militar junto a una pequeña barriada de Jerez que se llamaba El Portal. Joaquín no sabía en 1951 que cuando tuviera 78 años visitaría de nuevo esta finca para pedir que la conviertan en parque público para poder ir a pasear con su familia, afincada junto a la vieja base.

«Fui el primer infante de marina que vino aquí. Lo que había era un cuarto de guardia, la cocina y los dormitorios», recuerda Joaquín que, peluquero de profesión, se encargaba de aplicar la tijera a los compañeros. «Si se trajeran aquí toda la barriada, se acababan las inundaciones para los vecinos», dijo este habitante de El Portal que, tras volver de una larga estancia en Ceuta, también trabajó como cartero en la barriada. «Sería estupendo, fenómeno, que esto se convirtiera en un parque porque está muy abandonado», dijo mientras recordaba dónde hacía las guardias, dónde estaba el comedor, la cocina y los antiguos barracones.