Jin Jan Dong junto a su letrado, en un momento del juicio. :: JAVIER FERNÁNDEZ
Jerez

Condenan a 17 años al ciudadano chino que asesinó a su pareja

El juez no ha tenido en cuenta los atenuantes solicitados por la defensa y ha fijado una indemnización de 105.000 euros

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Jin Jan Dong, el ciudadano chino que acabó en octubre de 2008 con la vida de su pareja, Li Wei Zhaouquin, ha sido condenado a 17 años y seis meses de cárcel por un delito de asesinato. Tras el dictamen del jurado popular, que en menos de una hora declaró la culpabilidad del procesado, ahora se ha pronunciado la Sección Octava de la Audiencia Provincial para fijar la pena. El juez se ha quedado a medio camino entre las partes, puesto que la Fiscalía solicitaba una condena de 20 años y la defensa una de 15, esta última por un delito de homicidio y no de asesinato.

Al final, el magistrado no ha tenido en cuenta los atenuantes expuestos por el abogado defensor, Agustín Velloso, que durante el juicio argumentó que su representado se encontraba bajo los efectos del alcohol y en una situación de enajenación mental motivada por los celos. Unas razones que no convencieron al tribunal ni tampoco al juez, aunque Velloso se mostró ayer satisfecho con la sentencia.

El letrado recordó que Dong ya ha pasado casi dos años en prisión desde que cometió el crimen, por lo que a efectos prácticos se enfrenta a una condena de 15 años, que es lo que pidió él en un principio. Además, el reo tendrá que abonar 105.000 euros a la familia de la víctima en concepto de indemnización, que también se presentó como acusación particular en el procedimiento.

Sin duda, la confesión inicial del ciudadano chino fue crucial a la hora de declarar su culpabilidad, ya que él mismo acabó reconociendo que era el autor material de los hechos. Así, aunque en un primer momento apenas pronunció palabra justificándolo en que no se acordaba de nada, finalmente confesó que había asesinado a Li porque le dio un ataque de celos, al saber que se estaba viendo con otro hombre.

El asesinato, como quedó patente en el juicio, se cometió el 20 de octubre de 2008 entre las 21.00 y las 22.00 horas, en el domicilio que la pareja compartía con otros compatriotas en la barriada Los Pinos. Todo se descubrió cuando unas horas más tarde los compañeros de piso llegaron de trabajar y se toparon con Dong, que estaba limpiando la sangre de la víctima.

Sorprendido in fraganti

Cuando le preguntaron por Li, su asesino se mostró esquivo hasta que una de sus paisanas se introdujo en su habitación y vio el cuerpo de la joven, que tenía un brazo amputado porque su pareja pretendía meterla en una maleta. Como trascendió en la vista el crimen se produjo en el baño, donde el autor sorprendió por detrás a la mujer y la estranguló con una cinta negra.

Seguidamente llevó su cuerpo hasta el dormitorio, donde se disponía a descuartizarlo cuando fue pillado por sus compañeros. El letrado de la defensa, por su parte, centró sus esfuerzos en presentar al procesado como una víctima de las circunstancias, despechada por la actitud de su pareja. Así, Velloso incidió en que Li, a pesar de estar casada en su tierra natal, no sólo mantenía una relación con su defendido sino también con otra persona en Málaga.

«En un momento de arrebato, eso le puede pasar a cualquier», aseguró el letrado durante el juicio. Sin embargo, su defensa fue ampliamente desmontada por los forenses y los agentes de la autoridad que formaron parte del caso. Éstos destacaron la frialdad del condenado en todo momento, que según ellos «estaba en sus cabales» cuando fue detenido. Además, hicieron hincapié en que sorprendió a la víctima por la espalda y ésta no tuvo ninguna opción de luchar por su vida.