:: MIKEL CASAL
ESPAÑA

RAJOY CAPEA EL TEMPORAL

El PP confía en que las decisiones adoptadas por su líder logren minimizar el coste electoral que pueda tener el 'caso Gürtel'

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La marejada amaina. Toca hacer recuento de daños. Costará cuantificar los de la sala de máquinas. Sólo los próximos sondeos detectarán la gravedad de las fugas. El capitán, pese al rudo oleaje, sigue al timón. Su hoja de ruta, criticada incluso por miembros de la tripulación, ha permitido evitar la zozobra, pero no el pertinaz bamboleo. Los lobos de mar, sobre todo los curtidos en mil batallas, sostienen que después de la tempestad siempre viene la calma, aunque el vigía debe seguir ojo avizor porque el mar que surca este barco resulta traicionero.

Mariano Rajoy, el patrón de la nave popular, culmina la semana del Gürtel -el juez Pedreira levantó el martes el secreto de más de 50.000 folios de este sumario- festejando el primer año de la victoria de Alberto Núñez Feijoo en Galicia. Este triunfo se forjó, curiosamente, en medio de la primera andanada del 'caso Gürtel'. La segunda ha sido menos contundente en el ámbito judicial -las principales imputaciones ya se conocían-, pero de gran calado político.

«Las películas con Rajoy siempre acaban bien, aunque es cierto que después muchas emociones». Una estrecha colaboradora del líder del PP resume de esta manera las vehementes jornadas que ha enfrentado el partido.

Rajoy ha manejado los tiempos de esta crisis con su habitual estoicismo. Una flema tal vez incomprendida, incluso, en sus propias filas. «Inasequible al desaliento», el jefe de la oposición ha aguantado la «intimidación» mediática, las dudas internas y los reproches del Gobierno y de la práctica totalidad de formaciones políticas, que, en un grito casi unísono, le demandaban «mayor contundencia» con los presuntos corruptos.

El que resiste gana, porque la sensación inicial es que Rajoy ha sabido capear el temporal con suficiencia. En el PSOE, como es lógico, manejan otros términos para definir el sosiego de su rival. «La táctica del avestruz, esconder la cabeza hasta que pase el peligro», glosa Elena Valenciano.

Los moradores de las plantas nobles de Genova, además de arropar al jefe sin fisuras, comparten una contenida inquietud por el coste político que ha podido suponer para Rajoy la «exorbitante» presión a la que se ha visto sometido desde las primeras horas del levantamiento del secreto.

El PP, personado en la causa como acusación, armó un potente equipo de abogados -coordinado por Federico Trillo- que fue desgranado a velocidad de vértigo. Los letrados populares desbrozaron la 'paja' que se esconde en los copiosos legajos de esta causa y se centraron en el quid de la cuestión: ¿Las pesquisas arrojan algún indicio de financiación ilegal del PP? La respuesta se afianzaba con el paso de las horas: no. Y todo ello, pese a que un informe policial habla de «financiación irregular» del PP de Valencia. La respuesta de la dirección nacional es contundente al respecto: «Los tribunales han archivado la parte valenciana». Una decisión que, en cualquier caso, está recurrida ante el Tribunal Supremo.

El análisis de transcripciones de escuchas, declaraciones y pruebas documentales confirmaban lo que el propio Mariano Rajoy había sostenido semanas atrás: más de lo mismo y más de los mismos, en alusión a los imputados. Y eso, en el foro interno, sí provocó cierta desilusión en la cúpula popular por una persona en concreto: Luis Bárcenas.

La ansiedad comenzó a cundir en los dirigentes populares de la nueva hornada. María Dolores de Cospedal, pero sobre todo Alberto Núñez Feijóo y Antonio Basagoiti, declaraban en público la conveniencia de que el ex tesorero se desvinculara de la disciplina del PP, porque ya se había convertido en un lastre. Un ímpetu que tenía el contrapunto en los veteranos Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos o Ana Mato, alineados con las tesis de Rajoy, que se mostraba contrario a ceder ante el «acoso». Por ello secundaron que el partido le siguiese pagando la defensa y que, incluso, mantuviera despacho en la sede nacional del PP.

¿Fractura? La jefatura popular lo niega. Unos lo achacan a una cuestión de roce. 'La vieja guardia' ha compartido muchos momentos de éxito y fracaso con Bárcenas y los más bisoños no, por lo que pueden expresarse con más libertad. La otra versión es que, simplemente, se trata de maneras diferentes de expresarse, porque unos y otros caminan por la misma senda.

Por lo tanto, si había que actuar contra el ex tesorero sería en el instante justo en el que Rajoy lo creyese conveniente. Ese momento llegó el jueves por la tarde. «La rapidez en reaccionar es una buena cualidad, pero que no invalida a la de acertar en dar la respuesta adecuada en cada momento», justifican en el PP.

Rajoy citó a Bárcenas en su despacho de la calle Genova. Los dos solos. El ex tesorero salió de allí afectado anímicamente, pero no le dio la respuesta que el líder del PP deseaba. Fue a la mañana siguiente, tras recibir llamadas de antiguos colaboradores y amigos personales como Javier Arenas, cuando anunció su marcha, aunque con condiciones: seguiría como senador.

Corruptela y corrupción

El otro aforado del PP entre los imputados de la causa, Jesús Merino, siguió sus pasos horas más tarde. Objetivo cumplido para Rajoy: ninguno de los acusados de pertenecer a la trama corrupta es ya militante popular.

La meta se había alcanzado, además, respetando la premisa de dar una respuesta caso por caso. «No se acusa a todos los imputados de los mismos delitos ni la investigación arroja los mismos indicios sobre todos los imputados», explican las mismas fuentes. Abundan que los 50.000 folios incluyen conversaciones morbosas, sin responsabilidad penal; conductas poco apropiadas, pero no punibles; actos de corruptela y cuatro casos de corrupción

El PP pasa al contraataque. La tibieza que se le endosa a Rajoy se ha traducido, a su juicio, en la salida del partido en una misma semana de Jaume Matas -en libertad bajo fianza de tres millones de euros por el 'caso Palma Arena'-, Luis Bárcenas y Jesús Merino, antes de que la justicia dictamine si son culpables o inocentes. «Y eso es actuar con contundencia», sentencian

¿Pasará factura electoral el 'caso Gürtel'? En Genova creen que es pronto para un diagnóstico. Prefieren esperar a las primeras encuestas. Ayuda, a criterio de la dirección nacional, que la siguiente convocatoria electoral no llegará hasta el otoño y serán los comicios catalanes.

Pero lo más importante, a su juicio, es lo que ha establecido ya el sumario en el que se enumeran las supuestas tropelías de Francisco Correa: los principales implicados organizaron actos del partido entre 1993 y 2004, fecha en el que Rajoy accedió a la presidencia del PP. En ese momento, y cuatro años antes de que se iniciara la investigación judicial, los protagonistas dejaron de trabajar para el PP. «Y entonces, cuando dejan de trabajar para el PP, utilizan sus contactos personales para hacer negocios en determinados ayuntamientos. Ahí radica la auténtica trama 'Gürtel', la de las comisiones y el blanqueo de dinero», destaca otro colaborador de Rajoy. Y este entramado, enfatizan, «no se puede comparar nunca con el 'caso Filesa', que afectó a las cuentas del PSOE». También recuerdan que, pese al impacto que causaron las primeras detenciones en 2008, el PP venció en Galicia, fue la fuerza decisiva en el País Vasco y ganó las elecciones europeas.

Al hilo de esta análisis recuerdan que los sondeos publicados después de 'Gürtel I' otorgaban, incluso, más ventaja a Francisco Camps en Valencia.

No todos los vaticinios son tan halagüeños para el PP. Manuel Pérez Yruela, profesor de Investigación de Sociología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, entiende, por ejemplo, que estamos ante una fase distinta del 'caso Gürtel'. En la primera, defiende, los «numerosos votantes fieles del PP» desconfiaron de los datos iniciales. En esta segunda, sin embargo, los populares sí notarán los efectos negativos «sobre todo, en el electorado de centro, ése que no es defensor acérrimo de ningún partido, sino que elige la opción o el candidato que más le convence cada cuatro años».

Cambio de tendencia

Pérez Yruela también tiene claro que, si se le preguntara a los ciudadanos qué les irrita o les importa más en estos momentos, si el 'caso Gürtel' o la crisis económica, la respuesta sería mayoritaria: la crisis. Sí advierte que esta denuncia sobre corrupción también afecta al conjunto de los partidos «porque aumenta la desafectación que los ciudadanos tienen en la política y de descrédito de la propia política». ¿Será 'Gürtel' decisivo para decantar la balanza en contra del PP? Opina que, en estos momentos, no se puede dar una respuesta empírica a la cuestión, aunque cree que puede truncar la tendencia favorable que los populares atesoran en las últimas encuestas.

Pérez Yruela sí comparte la tesis histórica de que los casos de corrupción afectan más a los partidos de izquierda que a los de derecha, «aunque ha habido épocas que les ha afectado a los dos por igual».