SE SALVÓ EL ATÚN

Muchas veces tendemos a ser mucho más exagerados con las malas noticias que con las buenas y el hecho de que al final se ha logrado salvar el sector de las almadrabas, la pesca artesanal del atún rojo en la costa gaditana, ha pasado prácticamente desapercibida después de varios meses de detallada incertidumbre.

El hecho de que finalmente se mantenga la pesca artesanal en las almadrabas es un hecho positivo para toda la provincia porque no cabe duda de que el atún rojo y la gastronomía que ha surgido con fuerza en torno a él es uno de nuestros mayores atractivos turístico gastronómicos. Ya estamos, por cierto, a punto de que se comience temporada y de que El Campero de Barbate nos ofrezca sus conciertos en atún magistralmente dirigidos por Pepe Melero, ya reconocido en España como el restaurante referencia en este producto. Pero él no es el único en Barbate. También hay pequeñas tabernas donde disfrutar de atunes monumentales como la de Presenta o La Bocana y a pocos kilómetros, en Zahara, se pueden encontrar también muy buenos sitios para disfrutarlo. También vendrá otro macroconcierto, este colectivo, el que ofrecen los restaurantes de Conil con sus jornadas gastronómicas que se han convertido ya en un clásico del comienzo del verano y otro acontecimiento gastronómico de indudable atractivo turístico.

Por si fuera poco, cada vez los cocineros punteros de la provincia, están apostando por el atún rojo y ya lo mantienen todo el año en sus cartas.

Por tanto, debemos estar muy contentos de que se haya conseguido el objetivo de salvar el sector en la provincia y dar la enhorabuena a empresas y trabajadores y a todos los colectivos y administraciones públicas que han contribuido a conseguir este objetivo.

La noticia no viene sola porque también es aplaudible la iniciativa de una empresa que se instala en El Puerto que producirá atunes rojos pequeños para que luego sean engordados en empresas de acuicultura con lo que se logrará abastecer mejor al mercado.

De todos modos a nivel internacional si se debe, aún apoyando a estas pequeñas industrias artesanales que no dañan la pervivencia de la especie, controlar a las grandes empresas que cazan atunes a mansalva sin importarles nada su supervivencia. A esos si que hay que recortarles las capturas.