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La Liga Árabe llama a desafiar a Israel para no perder más tiempo

RABAT. Actualizado: Guardar
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«Hay que prepararse para la posibilidad de que proceso de paz sea un fracaso absoluto». Las pesimistas palabras pronunciadas ayer durante la 22 cumbre de la Liga Árabe por su secretario general, Amro Musa, sintetizan bien el ambiente de la reunión y el sentir de los países presentes. El proceso de paz entre Palestina e Israel ha llegado a un callejón sin salida, donde los mismos obstáculos insalvables, como la capitalidad de Jerusalén o los asentamientos, se repiten en un bucle melancólico.

«Es hora de hacer frente a Israel», dijo Musa en la ciudad libia de Sirte, donde se celebra la cumbre, que finalizará hoy. «Hemos aceptado un proceso de paz con final abierto, pero ha resultado ser una pérdida de tiempo, no hemos alcanzado nada y hemos permitido a Israel llevar a cabo sus políticas durante 20 años», señaló el líder del organismo panárabe en su discurso de apertura. En esta línea, el líder libio, Muamar Gadafi, señaló que «los árabes están esperando acciones, no palabras o discursos».

Jerusalén ocupó ayer el grueso de los discursos. La construcción de 1.600 nuevas viviendas israelíes en Jerusalén Este fue condenada en pleno por los asistentes, incluido el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien recordó que los asentamientos son ilegales, pero animó a las dos partes a seguir negociando.

Pero el llamamiento a la negociación cayó en saco roto. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, descartó mantener contacto alguno con Israel mientras continúe la política de asentamientos. Jerusalén es «la clave de la paz», aseguró Abbas, quien señaló que los palestinos no renunciarán a que la Ciudad Santa sea su capital.