ANDALUCÍA

Hermetismo y sucesión

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Con estos cambios, Griñán se ha confirmado como lo que es, un presidente y líder político de transición, pero a la vez con ganas darle cuerda a su reloj político al menos hasta las elecciones de 2012. Todo cabe en su guión. Un guión que, como en 'Perdidos', sólo él conocía hasta la hora del rodaje. Con suspense sobre los nombres hasta el último momento, eligió a una ejecutiva y a un portavoz del Parlamento con un perfil joven con el claro mensaje de que hay recambio en el PSOE. Cumplía con la renovación. En cuanto al Gobierno, lo de menos es que haya decidido recuperar a a veteranos en la gestión. Griñán nombró a Plata consejero de Cultura porque le gusta las formas del malagueño y a Díaz Trillo y Álvarez de la Chica como concesión a lo que entiende por cuota territorial. Lo trascendente ha sido colocar a Mar Moreno -eterna aspirante a la Presidencia de la Junta- como 'número dos' y señalarla como sucesora. Lo ha hecho por indicación de Zapatero, pero también por decisión suya. Con ello cumplía con el encargo de la transición.

Siendo un político al que le gusta decir lo que piensa, sorprendió el hermetismo con el que ha sabido manejar el hilo de las novedades. Ello le ha permitido un mayor control de lo que quería hacer y evitar así las presiones internas de su partido. No ha podido evitar, sin embargo, los descontentos. Las caras de varios consejeros salientes sentados en una mesa de la cafetería del Parlamento el jueves tras la reunión del grupo socialista reflejaba esta contrariedad. Allí estaban Martín Soler, Cinta Castillo y Antonio Fernández sentados junto a Luis Pizarro, quien los avaló en su día del mismo modo que avaló la sucesión de Griñán. Era el retrato del carpetazo a la era Chaves, al poder de influencia del eje Cádiz-Jaén, que ya tuvo un anticipo en el congreso socialista.

La aireada salida de Soler, a quien Griñán le ofreció otras consejerías a cambio de Innovación, se relaciona también con el propósito del presidente de reforzar a Antonio Ávila, uno de sus hombres de confianza, tras apearle del 'número dos' del escalafón. Pero ninguno de los descontentos hará frente a Griñán o fomentará una corriente alternativa por el momento. Si hay algo claro en el PSOE es el cierre de filas en torno al presidente hasta las municipales. Después de estas, ya se verá.