Condenan a 28 años al vecino chivato de ETA

La Audiencia Nacional condenó ayer a 28 años al etarra Zigor Bravo por el asesinato del funcionario de prisiones Máximo Casado, perpetrado en Vitoria en octubre de 2000, cuando una bomba lapa alojada debajo de su vehículo acabó con su vida.

Bravo aprovechó que sus padres vivían en el mismo edificio que el fallecido para hacer llegar a los pistoleros de ETA información sobre sus movimientos y su plaza de garaje para colocar la bomba. El tribunal condenó a la misma pena al etarra Juan Carlos Subijana, quien recibió la información suministrada por Bravo y se la trasladó a los asesinos de Casado, que viajaron desde Francia. Fue Subijana quien tras su detención en 2001 involucró a Bravo.