Teófila: «Lo del Valcárcel parece la obra de El Escorial»

Siete años desde que se firmó la venta y en el edificio Valcárcel lo único que ha cambiado han sido los alumnos de la Escuela de Hostelería Fernando Quiñones, que aún se mantiene allí. La empresa adjudicataria del concurso, Zaragoza Urbana, pasó un calvario hasta que vio concluidos los cambios urbanísticos que se requerían para convertir el antiguo instituto en un hotel de cinco estrellas, pero ahora se cumple un año desde que pueden solicitar la licencia de obra y todavía no lo han hecho, lo que obligará a pedir una prórroga y aprobar un cambio de convenio en el pleno de la Diputación Provincial.

La alcaldesa admitió ayer que este asunto le produce «resquemor» porque el hotel -el primero de cinco estrellas que iba a tener la ciudad- era el alojamiento que se había pensado para los jefes de Estado y de Gobierno de la Cumbre Iberoamericana y porque, además, Cádiz carece de un establecimiento de esta categoría en un emplazamiento ideal como es La Caleta. «Lo siento por la ciudad», señaló Teófila Martínez, que espera que Diputación y empresa lleguen a un acuerdo para, primero, buscarle un destino dentro de la capital a la escuela y segundo, hacer que empiecen los trabajos cuanto antes. «Que no me digan que no son capaces de llegar a un acuerdo, porque esto parece la obra de El Escorial», se lamentó la edil, que quiso recordar que la construcción del hotel -y la inversión que se iba a hacer en el barrio de La Viña con parte del dinero obtenido- «era la gran apuesta del candidato socialista -Román- en las elecciones de 2003». Aclaró no obstante que en la tramitación del expediente «el Ayuntamiento ha hecho todo lo posible y que Román no trate de echarnos la culpa porque me va a encontrar en el debate político». La edil agregó que esta inversión de la cadena hotelera Palafox (propiedad de Zaragoza Urbana, que también gestiona el Playa Victoria) podía haber sido «menos arriesgada» si, antes de firmar la venta con la Diputación, ésta hubiera llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento no sólo para el cambio de uso (de educativo a terciario, hotelero) sino para el aumento de la edificabilidad. «Eso hubiera sido lo correcto y lo más transparente», dijo.

Martínez insistió en que el Consistorio «no tiene una fórmula legal» para obligar a que comience la obra pero confió en que al final se llegue a un acuerdo.

Futuro incierto

De todas formas, se da ya por seguro que el acometido no podrá empezar este año y se desconoce si lo hará el próximo. Para empezar, porque la Escuela de Hostelería termina el curso el mes de mayo y aún no se sabe si seguirá allí para la siguiente matriculación. Y después porque la empresa ha reconocido que piensa tomárselo con calma a la vista de cómo está actualmente la situación económica.

El vicepresidente tercero de Diputación, Francisco Menacho, señaló que a finales de este mes mantendrán una nueva reunión con los responsables de Zaragoza Urbana para ponerse de acuerdo en aspectos jurídicos. Diputación sostiene que el contrato dice que la promotora debe acoger la escuela de hostelería o abonar doce años de alquiler en otro espacio. Lo que discuten los abogados de la empresa es si esos doce años empezaron a contar desde que estaban todos los papeles en regla (en febrero de 2009) o desde que se firmó el contrato de adjudicación, en 2003.

Menacho cree que el acuerdo no es difícil y aseguró que el equipo de Gobierno de Diputación está dispuesto a conceder una prórroga a la promotora para empezar la obra, «pero necesitamos que nos digan cuándo quieren empezar, si en 2011, 2012 ó 2015».