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AULAS INFORMATIZADAS

La Junta opta por Linux, que sólo utilizan el 10% de los ordenadores portátiles

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Había leído algo y estaba expectante ante la inminente puesta en marcha en nuestra ciudad del programa TIC 2.0, que consiste en introducir la informática en las aulas. De hecho, el citado programa educativo, del que al parecer ya se habría desarrollado su primera fase, que la Junta Andaluza puso en marcha allá por 2003 (supongo que lo haría en Cuenca), da un importante paso al dotar a los alumnos de los últimos ciclos de primaria e iniciales de ESO de ordenador portátil y la correspondiente mochila para el traslado diario a las aulas escolares.

Esta misma semana mi impaciencia se ha visto saciada, y decepcionada a la vez, pues el Colegio al que acude mi heredera nos citó a los padres para hacernos entrega del correspondiente equipo informático. Si me permiten una primera impresión, les diré que, en líneas generales, es mucho mejor la mochila que el propio ordenador que ésta debe transportar. A estas alturas, entregar un "ultra portátil" de tamaño ligeramente superior a una tableta de turrón, con un procesador a 1,66 GHz, 160 GB de disco duro, 1 GB de memoria RAM y una pantalla de poco más de 10 pulgadas (perdonen la nomenclatura, pero es la usada en ese mundillo) es ridículo y algo desfasado cuando, cualquier portátil normalito, de los que a diario manejan nuestros vástagos, posee un procesador que supera los 2,70 GHz, al menos 3 GB de memoria, un disco duro de 500 GB, y una pantalla de alta resolución de 15 o 17 pulgadas.

La Junta, además, ha tenido la feliz idea de instalar a los equipos el sistema operativo Linux que, según estudios publicados en Internet, sólo lo utilizan el 10% de los ordenadores portátiles, frente al 90% restante que opta por Windows. Sin ánimos de propiciar un debate entre ambos sistemas operativos, cualquier trabajo al que hoy aspiraran nuestros hijos, les exigiría dominar Windows, así como su paquete ofimático más popular, Office. Comprendo que Linux es gratis, posee código abierto que cualquiera puede modificar y otras muchas ventajas pero, a fecha actual y diga lo que diga la Junta de Andalucía, instalar dicho sistema operativo para niños y jóvenes entre 11 y 14 años, acostumbrados al Messenger, al Tuenti y a otras historias que incluso a mí se me escapan, es, cuanto menos, un enorme disparate.

Y no olviden cómo queda la seguridad de nuestros pequeños. La Junta recomienda que el ordenador se traslade en la mochila entregada a tal efecto. La mochila es de un verde que echa para atrás, visible en cien metros a la redonda con lo que, cualquier delincuente que se precie, sabe a estas alturas que cuando un escolar porte una mochila verde con el logo de la Junta, dentro llevará un ordenador. ¿Quieren una presa más fácil de robar?.

Incluso a mayor deshonra, dicen las malas lenguas que algunas familias, con algún miembro en paro y una difícil situación económica, ya han vendido el ordenador. Al fin y al cabo, para que al nene le entreguen otro nuevo, parece que la Junta sólo pide formular denuncia en Comisaría.

Así que aquí estoy, dudando entre echarme a llorar o mudarme definitivamente al extranjero. Vivimos en una Comunidad donde el paro roza límites inadmisibles, donde la economía no sube ni queriendo, donde los índices de analfabetismo doblan la media nacional e, incluso, donde la mayoría de los escolares tiritan en invierno y sudan como patos en verano. A pesar de todo ello, nuestra Junta se gasta lo que no tiene en dotar a los alumnos con unos equipos informáticos enanos, cutres, desfasados, incómodos, innecesarios y susceptibles de ser mangados por cualquier chorizo del tres al cuarto.

Así que, o tanto político y tanto asesor no valen para nada, ni siquiera en la administración autonómica, o algún alto cargo de la Junta tiene un cuñado con acciones en las empresas que fabrican los ordenadores y las mochilas y, como no podía ser de otra forma, se está poniendo las botas a nuestra costa.