a vuelta de hoja

El IVA ataca de nuevo

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Cuando retrocede es porque está tomando impulso para una nueva carrerilla. Que nadie pregunte de dónde van a salir los 5.000 millones de euros que precisa urgentemente recaudar el Gobierno durante este año de desgracia. Tampoco debe mostrar curiosidad por saber de dónde van a salir los 6.500 millones que necesita con no menor celeridad, ya que el tiempo vuela, para el año 2011: todo tiene que salir de nosotros. Se impone subir los impuestos, que según Cicerón son los "nervios del Estado", pero no hasta el punto de hacernos perder los nervios a los ciudadanos. Hay que sacar de donde no hay, ya que está estadísticamente demostrado que sacar de donde hay es dificilísimo. Los que tienen mucho no se dejan y debemos ser solidarios con ellos. Aunque no en la misma escala Richter de la sufrida por Chile, los movimientos sísmicos de la economía los sufren todo. No sólo los millonarios y los bomberos.

El frenazo al consumo es lo más alarmante. Es muy español eso de decir "el último duro para un puro", pero aquí han ardido hasta las vitolas. Cuando cunde la alarma empresarial ya se ha extendido mucho. El vocablo proviene del aviso que da un ejército para prepararse a la defensa o al combate, pero aquí los más alarmados son los que forman parte de la tropa, ya que las mayores tropelías se han venido cometiendo contra ella.

Este verano va a empezar de verdad en julio, cuando hayamos olvidado las inundaciones y los ríos vuelvan a su cauce, aunque no estén muy de acuerdo con su trazado. Albert Camus decía que la miseria con sol se vuelve esplendor. Para esas fechas en la tierra donde vivo, que está al borde mismo del mar, aunque haya subido el IVA habrán bajado las sardinas. Los espetos de níquel y de luto permitirán resistir a mucha gente. La misma que ayer estaba festejando el Día de Andalucía.