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Brown da la vuelta a las encuestas

Cameron lanza la campaña del cambio de cara a las elecciones de mayo en el cierre de la conferencia 'tory' de primavera

BRIGHTON. Actualizado: Guardar
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El líder conservador británico, David Cameron, tenía ayer un día importante. Iba a pronunciar su último discurso largo, frente a sus correligionarios de partido y las cámaras, antes de la celebración de las elecciones británicas. Para las que quedan, como advirtió en sus primeras palabras, «un máximo de setenta días».

Era la conferencia de primavera del partido, pero no había primavera en Brighton, sino un clima fresco y ventoso. El hotel Metropole no es además el lugar soñado para pasar un fin de semana por alguien, como Cameron, crecido entre algodones. Y los sondeos, que hace un año decían que iba a ser primer ministro con una victoria aplastante, daban a lo largo de la semana una mayoría mínima.

Cameron se despertó con un sondeo publicado por el 'The Sunday Times' en el que de aquellas ventajas de 26 y de 28 puntos que tenía hace un año se quedan dos. Y con una victoria 'tory' por el 2% de los votos, los laboristas obtendrían el 6 de mayo mayoría, por la peculiar asignación territorial de escaños en el sistema electoral británico.

El líder llegó al Metropole a primera hora de la tarde del sábado. Se formó un pasillo de curiosos y agasajadores y entró rutilante, con su buena estampa, su pelo bien lacado, traje oscuro y rostro bronceado, saludando a uno aquí y a otro allá. Mientras tanto, en el salón Oxford del hotel, se discutían la política de energía y de alimentación, la de sanidad...

Fundamentalismo

Años de oposición y tres derrotas con campañas centradas en asuntos del fundamentalismo conservador británico (Europa, impuestos e inmigración) han favorecido la innovación. En la conferencia de primavera hay propuestas que interesarían a cualquiera consciente de lo que le afecta la política: desde la reforma de la regulación financiera a la pobreza y la justicia social.

Cameron tenía que cerrar la conferencia de su partido y, en su discurso, en la tarde de ayer, paseó por el estrado, sin notas, como aquella vez, en octubre de 2005, en Blackpool, cuando de esa manera suelta y juvenil, también con un discurso sin notas, cautivó a los suyos y arrebató el trono conservador a los candidatos más favoritos. De eso hace más de cuatro años: el orador Tony Blair era el rival, no había una gran crisis económica.

El líder 'tory' hizo ayer un discurso a lo Blair, hablando de sí mismo y de todas las cosas de la política sin hablar especialmente de ninguna. Su único mensaje real fue, como el póster electoral presentado en Brighton, la necesidad de cambio. Es lo que desea una gran mayoría de la población, más del 80% según algunos sondeos, y en esa ola confía Cameron. Que se pregunta desde ayer por qué ahora sólo el 37% dice que le votará.