Sitúan a su hermana Rocío en la función de captación de chicas

El otro rostro conocido de esta operación policial con pronunciados tintes rosas es el de Rocío Galán, ya no tan amiga de Ortega Cano según ha dejado claro el diestro en los medios. El juez le impuso una fianza de 100.000 euros que debe depositar como muy tarde mañana si no quiere ingresar en prisión. Su defensa ya ha confirmado que en caso de no reunir el dinero, tienen un aval con las propiedades que ostenta la familia. El instructor la considera miembro de la cúpula organizativa. Si bien, tanto a ella como a su madre le han dado una posibilidad de eludir la cárcel. El juez ve en las féminas del clan un riesgo menor de destrucción de pruebas.

La joven declaró ante el juez que apenas tenía contacto con las chicas porque su jornada laboral comienza a las nueve de la mañana y concluye a las seis, hora a la que abren los clubes, donde tiene encomendado el control de la limpieza y la comida que se sirve. Sin embargo, la investigación de la Guardia Civil la sitúa al frente de la captación de chicas. Además, la joven tiene una tienda de ropa de donde supuestamente saldrían las prendas que estaban obligadas a vestir las prostitutas cuando trabajaban en los hoteles. Sin embargo, la defensa niega la mayor y asegura que ninguna chica fue forzada a adquirir la ropa en ese establecimiento para que los beneficios redundaran siempre en las mismas personas: la familia Galán.