La Guardia Salinera es una de las entidades que más ha defendido el valor histórico de la batería. :: C. C.
SAN FERNANDO

El Ayuntamiento acudirá al Defensor del Pueblo para salvar Alburquerque

Ha enviado escritos para buscar apoyos y evitar que las obras del tranvía terminen por enterrar la batería

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Desde el Ayuntamiento se había avisado y la guerra por salvar la batería defensiva de Alburquerque ha comenzado. Tras el anuncio oficial de la Junta, en el que se comunicaba la intención de soterrar parte de la estructura para el paso del tranvía, el Consistorio ha iniciado los trámites para intentar evitar que parte de uno de los símbolos de 1810 acabe bajo tierra. Y como en cualquier buena estrategia antes de una batalla, lo primero que se ha buscado son apoyos ya que la unión hace la fuerza.

Por eso, la delegada de Urbanismo, Carmen Pedemonte, ha enviado un escrito al defensor del pueblo andaluz y otro al defensor del pueblo español, explicando la situación en la que se encuentra la fortificación y pidiendo su colaboración para impedir que un trozo de la historia se pierda, así como su mediación frente a los diferentes organismos que consideren oportuno para lograr la modificación de los planes elaborados por la empresa adjudicataria de las obras del tranvía y aprobados por Cultura.

También se ha contactado con el presidente nacional de la asociación Amigos de los Castillos para ensalzar el valor histórico del emplazamiento y el papel concreto que jugó el sistema defensivo del Sitio Histórico del puente Zuazo y en particular la batería denominada como la de Alburquerque. Todo ello, contando con la estimable colaboración de la Guardia Salinera que en cada acto al que acude lleva un crespón negro en el brazo con la seña de la batería como forma de protesta.

Derecho al pataleo

Tras y como explicó la propia Pedemonte puede que tales medidas sean comprendidas por la Administración regional como una reivindicación del derecho al pataleo aunque la delegada de Urbanismo tiene una cosa clara: «Quizás cuatro voces no hablen muy alto pero si llegan a ser 4.000 entonces serán escuchadas». Por ese motivo se está intentando recopilar tales apoyos con la esperanza de que la ciudadanía tome conciencia de la importancia de la construcción y cada vez sean más los que rechacen tales planes.

Lo cierto, y al margen de cuestiones políticas, es que existe una incongruencia marcada en los planes de la Junta y el Gobierno central para la zona, ya que mientras Fomento está a punto -aunque llevan ya casi dos meses defendiendo lo mismo- de comenzar la restauración del Sitio Histórico del puente Zuazo, y por tanto de todas las baterías defensivas de la zona, por otro lado en el mismo lugar se aprueba el paso del tranvía, que conlleva además el soterramiento de parte de una de las construcciones que se pretende poner en valor y hacer visitable.

Al parecer, y según las planificaciones iniciales, estaba contemplado que hubiera una estructura que permitiera sortear el conjunto de las baterías, de modo que no afectara al paisaje. Sin embargo, han cambiado los planteamientos para que la ciudad pierda otra parte de su historia. «Esto no es un hallazgo arqueológico como el del campo de hockey que se hace cuando la obra está muy avanzada. La batería se veía antes de que comenzara la obra y no han cumplido con los prometido», explicaba Pedemonte.