:: TEXTO: ISABEL F. BARBADILLO :: FOTOGRAFÍA: GALI TIBBON
Sociedad

De aquellos lodos estos cuerpos

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Parece un carnaval al desnudo, pero lo bueno es que dura todo el año, incluida la Cuaresma que hoy comienza. Los protagonistas de la imagen son turistas europeos que disfrutan en Kalya, en la costa israelí, de las bondades del Mar Muerto, donde acuden millones de personas a rebozarse en unos lodos terapéuticos que ya añoraba Cleopatra, hasta el punto, según cuenta la historia, de que suplicó a Marco Antonio que conquistara Jordania para beneficiárselos. Las aguas son riquísimas en sales minerales. Magnesio, calcio, bromo, potasio, hierro y sodio, entre otros, conforman un cóctel explosivo y natural que en tierras de 'fuego' -también bañan Cisjordania- invitan a reconciliarse con el mundo o, al menos, a olvidarse de él.

Todo es posible en este mar que contiene hasta 350 gramos de sal por litro de agua, frente a los 35, por ejemplo, del Océano Atlántico.

La fangoterapia natural se ha convertido en una verdadera industria turística, tanto en la parte israelí como en la jordana. Un baño en lodo relaja y rejuvenece la piel, tonifica el cuerpo, cura alergias, acnés y soriasis, reúmas, artritis, mejora la circulación sanguínea y las varices, alivia las enfermedades respiratorias o ejerce una acción drenante para los propensos a retener líquidos. Vamos, que hace milagros, a juzgar por la satisfacción que lucen las caras de esos cuerpos serranos remojados a 25º. La alegría les invade y, bien enlodados, hasta se atreven, sin ningún pudor, a bailar la conga.