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Teherán avisa de que responderá con «firmeza» a las sanciones

TEHERÁN. Actualizado: Guardar
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La escalada dialéctica entre Occidente e Irán por su controvertido programa nuclear no afloja. Ayer, Mahmud Ahmadineyad volvió a avivar la polémica al asegurar que el régimen persa responderá con «firmeza» si se imponen nuevas sanciones por su desarrollo atómico. «Si alguien actúa contra Irán, nuestra réplica hará que lo lamenten», proclamó el líder ultraconservador durante una larga comparecencia en Teherán.

El presidente de la república islámica contestó con vehemencia a las acusaciones vertidas el lunes por Hillary Clinton, que alertó de que Irán se desliza hacia una dictadura militar. «No tomamos sus comentarios seriamente», subrayó Ahmadineyad antes de apostillar que las sanciones que prepara EE UU «no harán daño» a su país. «Ese lenguaje pertenece al pasado. Hemos vivido durante 31 años bajo las sanciones y a pesar de ellas hemos conseguido el desarrollo con una velocidad sin precedente», aseveró.

Según distintas fuentes, el paquete de restricciones que Washington intenta consensuar con China y Rusia incluye un fuerte recorte en las importaciones de gasolina. En este sentido, el líder ultraconservador aseguró que su país puede convertirse próximamente en exportador de combustible gracias a la construcción de nuevas refinerías. Ahmadineyad destacó que su país importa entre 15 y 17 millones de litros de gasolina (diariamente) «y ahora tiene capacidad para producir esa cantidad».

En el terreno nuclear, Ahmadineyad volvió a utilizar un doble lenguaje. Primero, aseguró que ya preparan una nueva generación de centrifugadoras más potentes para el enriquecimiento de uranio. El presidente iraní aseguró la semana pasada que habían logrado un grado del 20% en el combustible atómico que destinarán a su reactor del centro de lucha contra el cáncer de Teherán. Con nuevos equipos, Irán podría acercarse al 90% de enriquecimiento necesario para fabricar la bomba atómica.

En un tono más conciliador, el líder ultraconservador manifestó que siguen dispuestos a negociar el intercambio de uranio. EE UU, Francia y Rusia propusieron enriquicer el combustible nuclear en sus instalaciones y entregárselo después a Teherán. Ahmadineyad apeló a su adversarios, a los que animó a «abrir los ojos y adoptar una postura más lógica».