Los corrimientos de tierra amenazan a dos pueblos del sur de Italia

Como cada invierno o racha de lluvias en Italia, país de tragedias anunciadas por la ilegalidad rutinaria, el mal tiempo ha causado cientos de desprendimientos. Sólo en la región de Calabria se han registrado 180 y uno de ellos se ha llevado por delante una central eléctrica. Lo normal. Pero esta vez ha habido auténticos corrimientos de tierra que amenazan con borrar del mapa al menos a dos municipios, uno en Sicilia y otro en Calabria. Miles de personas han tenido que dejar sus hogares, probablemente para siempre, con lo que han podido meter en un coche a toda prisa, como si huyeran de la guerra. En muchas otras pequeñas localidades hay órdenes de desalojo.

San Fratello, en Sicilia, provincia de Messina, fue evacuado el domingo ante el avance de una grieta de 800 metros, que todavía ayer seguía comiéndose laderas en dirección a otras aldeas. San Fratello, de 4.500 habitantes, ya es un pueblo fantasma con las carreteras de acceso trituradas. En 1922 un corrimiento de tierras ya hizo resbalar hasta el mar una parte del municipio. En octubre otra ola de desprendimientos se llevó veinte casas de Giampilieri, a diez kilómetros, afectó a decenas de municipios y causó 37 muertos. El 84% de los municipios de Messina están construidos en zona de riesgo.

El otro pueblo que puede desaparecer es Maierato, de 2.300 vecinos, en Calabria, donde las imágenes televisivas captaron ayer el pavoroso deslizamiento de la montaña hacia las casas. El alcalde, Sergio Rizzo, lo definió como una visión «apocalíptica». Hasta ese momento muchos se resistían a abandonar sus casas, no obstante la alerta, pero el espectáculo les convenció. El párroco, don Danilo, hizo el resto, pues sólo su intervención empujó a los últimos ancianos a dejar sus hogares.