Luis Morales, agricultor portuense, camina impotente sobre el fangal donde en marzo debería empezar con la siembra del tomate. :: L. R.
EL PUERTO

Desesperación en el campo

Los agricultores, de brazos cruzados, miran al cielo y cuantifican pérdidas

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«Aquí donde me ves tengo 55 años y jamás he conocido dos meses de lluvias como los que estamos pasando». Luis Morales mira con resignación las hectáreas de remolacha completamente anegadas mientras camina con dificultad sobre los terrenos que ya deberían estar preparándose para la siembra del tomate, en marzo. A día de hoy son un auténtico fangal. «Lo peor es que no sabemos cuándo va a parar esto y mientras, estamos manteniendo a los trabajadores a sueldo, de brazos cruzados».

Sus botas de goma se hunden en el lodo, como también el campo continúa asfixiándose. Ni siquiera los tractores pueden comenzar a mover la tierra. No en vano, ya han caído 700 litros por metro cuadrado, cuando lo normal es de 50 a 500 al año. «Nosotros siempre estamos en crisis, y ahora, además de los robos que seguimos sufriendo, se nos viene este temporal. No sabemos dónde vamos a llegar». Al igual que sus colegas, un centenar repartidos en las 15.000 hectáreas portuenses, Morales aún no puede cuantificar las pérdidas económicas, no sólo por los cultivos, sino por las tuberías de riego arrastradas por el agua o los desprendimientos de tierra. Desde la Unión de Pequeños Agricultores, no obstante, ya manejan algunos datos. De momento han dicho adiós al 80% de la producción de trigo y al 40% de remolacha.

Aumento de precios

«Ha sido imposible sembrar la patata, y zanahorias hay muchas. Pero es un problemón porque la raíz debería profundizar de 20 a 25 centímetros y se está quedando en 10». Su portavoz, José Manrique, explicó que «al retrasarse la campaña, se concentrará todo en una época concreta. Y en el caso del tomate industrial, las recolectoras y las fábricas no podrán absorber toda la producción». Las demoras también afectarán al maíz y el girasol con las consecuentes repercusiones para el bolsillo. «La patata subirá este año bastante y se importará de fuera, con lo que perderemos dinero». La UPA también dio la la voz de alarma sobre los tapines, las coliflores y los tomates tempranos, cultivos más propios de la Costa Noroeste. La Comunidad de Regantes de Monte Algaida ya ha gastado 6.000 euros sólo en bombear agua.

El Ayuntamiento portuense ya ha mantenido contactos con la consejería de Agricultura de la Junta para el arreglo de los caminos rurales. Por otro lado, el concejal del ramo, Antonio Jesús Ruiz, anunció que este años, unas 1.500 hectáreas de vides tendrán que ser arrancadas sin subvenciones europeas.