Sociedad

Dios no juega a los dados

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«El azar no existe; Dios no juega a los dados». La mítica y mística frase, pronunciada por Albert Einstein, es el lema preferido para los que defienden que no todo es suerte en el póquer. Que el físico se refiriera con ella a las leyes del universo no es obstáculo para que los jugadores la adapten al microcosmos de los naipes. «El azar es calculable», afirma rotundo 'Morpheo', Pablo Ubierna, uno de los que más pega en el póquer por internet en España y que juega 50.000 manos al mes desde casa mientras escucha música.

'The Mathemathics of poker' es una biblia para los jugadores. Bill Chen y Jerrod Ankenmann, los autores, son profesores de matemáticas y entre ambos suman siete brazaletes del Mundial de Las Vegas. Teoría y práctica. Pero que nadie espere un libro para ser millonario en 15 días. Son 382 densas páginas de fórmulas y cálculos probabilísticos para demostrar una máxima: en cada mano se puede «calcular la suerte» combinando nuestras cartas, las de la mesa, el bote y el número de jugadores. Los norteamericanos no son los únicos. El profesor holandés Ben Van Der Genugten incluso lo definió con una enigmática fórmula para convencer al Gobierno tulipán de que el póquer es un juego de habilidad, y no de azar, y legalizarlo así más allá del monopolio de los casinos (como ocurre en España): Habilidad=Efecto del aprendizaje/(Efecto del aprendizaje+Efecto de la Suerte). En Wall Street empiezan a tenerlo claro. Hay fondos de inversión y casas de bolsa que ya buscan futuros brokers entre los profesionales más avezados con los naipes en internet.