LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Todos con el comedor de El Salvador

La respuesta de Jerez da una inyección de ánimo a las abnegadas religiosas que tanto bien hacen por los desfavorecidosToreros y ganaderos recaudan 14.500 euros para la causa con una corrida solidaria

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Durante la década de los 40 del siglo pasado, años de posguerra y carestías, el joven analista y microbiólogo Onofre Lorente fue requerido en su farmacia de la plaza de Plateros para llevar a cabo unas extracciones de sangre en el Convento de las Reparadoras de la plaza San Juan, con el fin de hacer diferentes analíticas a las religiosas ya que, tal si fuera una epidemia, estaban enfermando una tras otra, con lo que prácticamente la totalidad de las hermanas yacían en cama.

Como quiera que el diagnóstico objetivo y el resultado de la analítica eran compatibles con un cuadro de desnutrición y anemia, al volver al cenobio el analista preguntó a la superiora: «Hermana, ¿cuál es la dieta alimenticia de la comunidad?» La que, por tan escasa, alarmó al hematólogo, ya que, entre que España atravesaba los célebres años del hambre, y los ayunos 'purificadores' practicados por la congregación, las estaban convirtiendo en mujeres famélicas, cuya extrema delgadez no era debido a otra cosa que a la inanición.

De regreso a la farmacia se encontró con su hermano Manuel al que le contó preocupado que la dieta básica de las quince monjitas que subsistían en las Reparadoras era la de una sopa de cebolla, que según la superiora, estaba elaborada con una cebolla gorda y una cucharadita de aceite.

Manuel Lorente, que en ciernes era propietario de una fábrica de harinas en el Paseo de las Delicias, empatizó con su hermano diciéndole: «Ahora mismo les mando a las monjitas un saco de sémola para que comiencen ha hacerse tortas y poleás, verás cómo se reponen».

Entrega

De la Plaza de Plateros marchó al circulo de Labradores en donde comentó el suceso con otros socios y amigos agricultores, los que sensibles a la precaria situación por la que atravesaban las religiosas comenzaron a mandarles: uno, un saco de garbanzos, el otro de lentejas, otro más de judías y hasta aceite y huevos, habiendo quien envió un borrego.

A las pocas semanas, al volver Onofre para hacerles la analítica de revisión, observó que las hermanitas se habían repuesto, luciendo buen aspecto y coloración. Esto fue debido a que los agricultores de Jerez, conscientes de la necesidad de las monjitas se volcaron con el convento.

Organización

Idénticamente, hace unas semanas en la plaza portátil de Chapín se organizó una corrida en beneficio del comedor de El Salvador a cuya causa se ofrecieron incondicionalmente toreros de la talla de Ruiz Miguel, José Antonio Ruiz Espartaco, Padilla, Salvador Vega, Jesuli de Torrecera y los novilleros Fran Gómez y David Galván.

Igualmente los novillos fueron regalados por los diferentes ganaderos de la zona, siendo estos de las mejores divisas.

El de Ruiz Miguel era de su propia ganadería y el resto de: Santi Domecq, de Torrestrella, el Torero, Lagunajanda, Salvador Domecq y del Marqués de Domecq.

El festejo fue magníficamente organizado por la Delegación de Cultura del Excmo. Ayuntamiento y por la Escuela de Tauromaquia de Jerez.

A pesar de que el día se presentó lluvioso y desapacible no se llegó a suspender, siendo numerosísimo el público que acudió a la corrida y, aunque hubo algunos claros en los tendidos, se había vendido casi todo el papel por lo que la recaudación fue próxima a los 14.500 euros, cantidad que, junto a la carne de los novillos fue entregada al comedor de El Salvador.

Con este gesto Jerez ha dado de nuevo una inyección de ánimo a ese grupo de abnegadas religiosas que tanto bien hacen por los más desfavorecidos, las que en tiempos tan difíciles como los que corren es necesario que se sientan socorridas y apoyadas. En esta ocasión toreros y ganaderos han dicho Sí, y han estado prestos y solidarios a la causa, entregando lo que tienen: los unos dando por entero su arte y su valor y los otros aportando su ganado. La generosidad mostrada por los taurinos ha sido todo un ejemplo que esperamos cunda y con ello todo Jerez de vuelque con el comedor del Salvador.

Para que en otras ocasiones lo sean otros gremios y colectivos, organizando eventos o actuaciones o simplemente aportando cada uno de su peculio particular; tales podían ser: la Federación de Peñas Flamencas organizando un festival o el colectivo de hosteleros y restauradores, colectivo de profesionales de la medicina, de la arquitectura o el derecho, agricultores, bodegueros, ganaderos, Unión de Hermandades, asociaciones deportivas, gimnasios y clubes, los que dado el gran número de socios o de afiliados que tienen, con un mínimo de esfuerzo que hicieran, el resultado estaría garantizado y así, como en los años 40, que cundiera el ejemplo y que Jerez reaccionara a la voz de: Todos con El Salvador.