La decisión, en mayo

Ascó es la primera de las ocho localidades candidatas a acoger el nuevo Almacén Temporal Centralizado. Y no sólo por orden alfabético. Su pasado nuclear y su red de comunicaciones la convierten en un punto idóneo para albergar los desechos de las centrales españolas (que ahora guardan en las propias instalaciones ) y de los elementos vitrificados que custodian Francia y Reino Unido. La localidad valenciana de Zarra, próxima a la central de Cofrentes, comparte con Ascó y Yebra la 'ventaja' de su convivencia con el mundo del átomo. Zarra, de apenas 550 habitantes, es un enclave escondido en un valle que presiden las dos imponentes torres de la nuclear. También es un pueblo con mala suerte: por pocos metros queda fuera del radio de 10 kilómetros que permite repartir el jugoso pastel de las ayudas concedidas a los municipios de la comarca por albergar una central nuclear.

De la carrera ya se han caído Santiuste de San Juan, Campo de San Pedro, Congosto de Valdivia, Granja de Torrehermosa, Lomas de Campos y Villar del Pozo, mientras que el municipio cacereño de Albalá ha visto cómo su alcalde dimitía por una candidatura con la que no está de acuerdo. «La salud está por encima de la economía», declaró Jesús Pascual Vicente.

Los ocho candidatos oficiales han ofrecido 25 hectáreas para el ATC de bóveda seca que acogerá 6.700 toneladas de elementos combustibles. Será una construcción modular de 283 metros de largo y 45 de alto. La inversión será de 700 millones de euros y empleará a unos 500 trabajadores durante los cinco años de la primera fase y otros 150 permanentes.

Una comisión interministerial aprobará un informe sobre la viabilidad y desarrollo del proyecto de cada candidatura. En mayo, el Gobierno decidirá la sede.