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Policías afganos acribillan a tiros a siete niños a los que confundieron con insurgentes

KABUL. Actualizado: Guardar
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La muerte violenta de civiles no es nada nuevo en un país en guerra como Afganistán. La mayoría de las veces que se producen víctimas inocentes por parte aliada es consecuencia de errores en los bombardeos por objetivos más señalizados o porque los talibanes los utilizan como escudos humanos. Lo que no es habitual es lo que sucedió ayer en la provincia de Kandahar. Policías confundieron a siete niños con insurgentes y acabaron con sus vidas. Los menores estaban recogiendo leña cuando los agentes, que ya han sido detenidos, abrieron fuego contra ellos en la urbe fronteriza de Spin Boldak.

Esta localidad del sur afgano ha sido un punto de entrada de rebeldes paquistaníes que se infiltran en Afganistán para llevar a cabo ataques contra el Gobierno y las fuerzas internacionales. En 2009, 2.400 civiles murieron en acciones perpetradas por los talibanes y en operaciones de las fuerzas afganas y de la OTAN. El presidente Hamid Karzai ha advertido en repetidas ocasiones que estas muerte socavan el apoyo a su Gobierno.