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Asesor espiritual... ¿o estafador?

Compuesto y sin un euro. Un juez deja sin herencia al amante de una de las mujeres más ricas de Asia porque falsificó el testamento

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Un 'playboy' buscavidas metido a maestro de Feng shui, una multimillonaria excéntrica famosa por sus coletas y sus gustos frugales y una fortuna valorada en 3.010 millones de euros, pero que podría ser hasta tres veces mayor. Estos son los protagonistas del último 'culebrón' judicial que ha mantenido en vilo a la opulenta ciudad de Hong Kong, donde se acaba de dictar sentencia en el juicio por la herencia de la millonaria Nina Wang, una de las mujeres más ricas de Asia según la revista 'Forbes'.

A sus 69 años, la presidenta del potente grupo empresarial Chinachem falleció en abril de 2007 de un cáncer. Atrás dejaba a su desconsolada familia y a Toni Chan, un maestro de Feng shui 20 años más joven que ella que se había convertido en su adivino personal y compañero sentimental. Al parecer, Toni, que antes de vidente había sido camarero, vendedor de maquinaria, técnico de marketing y hasta exportador de piezas informáticas, había encandilado a Nina Wang con sus cualidades más humanas que espirituales. Por ese motivo, a su muerte esgrimió un testamento supuestamente firmado por la millonaria el 16 de octubre de 2006 donde le dejaba como único heredero de su patrimonio.

El problema es que la familia de Nina Wang tenía otra última voluntad, fechada el 28 de julio de 2002, donde destinaba su herencia a la fundación benéfica de su empresa, que ella había creado junto a su difunto marido, el magnate Teddy Wang. Curiosamente, la 'Pequeña Dulce', como era conocida la mujer por su parecido con un cómic japonés, también tuvo que pleitear por la fortuna de su esposo, ya que Teddy Wang fue secuestrado en 1990 y, a pesar de que se pagó un rescate de 23,6 millones de euros, su cuerpo no fue hallado.

Nueve años después fue oficialmente declarado muerto, pero Nina Wang, nacida en 1937 en Shanghai bajo el nombre Kung Yusum, tuvo que acudir a los tribunales para batallar por su herencia frente a su suegro, Wang Dinshin. Aunque el juez falló a favor de la viuda sólo dos años antes de su muerte, ya le había dado tiempo a multiplicar la fortuna de su difunto marido, pues convirtió a su empresa, Chinachem, en una de las inmobiliarias más potentes del mundo al construir 300 rascacielos los últimos años.

Igual de accidentada ha sido la herencia de Nina Wang, que un juez del Alto Tribunal de Hong Kong, Lam Man-hon, ha otorgado a sus familiares al considerar que el testamento de 2006 esgrimido por su amante era falso. «Su firma ha sido falsificada con mucha pericia». La sentencia aclara que «darle regalos a Toni Chan e incluso grandes sumas de dinero es una cosa, pero convertirle en el único heredero de su fortuna es otra, ya que ella situó sus obligaciones caritativas por encima de Chan y habría querido que su relación secreta fuera enterrada con ella tras su muerte». Toni Chan podría ser condenado a 14 años de prisión si falsificó el testamento.