Pedro Armestre, fotógrafo

«Al principio el toro me dio una cornada pequeña, pero luego me enganchó por la rodilla y me desgarró hasta la ingle»

El fotógrafo de AFP cuenta la cogida que sufrió ayer mientras cubría el festejo del Toro de la Vega

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Pedro Armestre es un fotógrafo de largo recorrido. El obturador de su cámara igual se dispara en el Congresdo de los Diputados, que en un campo de fútbol que en mitad del campo con un morlaco de 600 kilos a pocos metros de distancia. Parapetado detrás de arma de trabajo, el martes, vivió en primera persona todas las sensaciones que tantas veces ha plasmado: la angustia del miedo, la ansiedad del dolor, el pavor de viajar a toda velocidad camino de un hospital. Vulcano, el Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid), le atropelló. Desde la cama del hospital pucelano sigue trabajando y empieza a olvidar la operación a la que fue sometido para repararle los daños provocados por la cornada . El asta entró por la rodilla y ascendió por el muslo hasta casi la ingle.

Así narra él cómo fue la cogida

“Estaba escondido tras un árbol, se metió más gente a refugiarse y yo me quedé fuera y en el momento que me vi cara a cara con el animal, me di cuenta de que no me daba tiempo a nada más, que estaba en medio de un marronazo. Al principio me cogió solo por atrás, me volteó y me dio una cornada muy pequeña de unos 5 o 6 centímetros, después me enganchó y me cogió de la rodilla ahí fue cuando me desgarró hasta a la ingle, unos 40 centímetros. Me vi la pierna abierta y me quede apretando con las dos manos. Me quedé inmóvil hasta que me recogieron.

No era la primera vez que iba a Tordesillas, y no piensa que vaya a ser la última. “Llevo asistiendo al Torneo desde 2005 y solo he fallado un año”, enfatiza mientras desgrana con profesionalidad lo que busca y lo que pretende cuando informa de un espectáculo tan controvertido y polémico como es el torneo de Tordesillas: “Solo quiero mostrar lo que hay. Algo de lo que se ha abusado es de usar el periodismo para hacer opinión. El tratamiento que le doy a las cosas es simplemente mostrar lo que hay. Que la misma gente que hoy me critica , mañana me aplauda, eso significa que no estoy haciendo las cosas mal. Por ejemplo, en Tordesillas no les gusta las fotos del descabello pero si puedo, lo muestro porque hago lo que hay para lo bueno y para lo malo”

Apasionado del medio ambiente, es el único fotógrafo de prensa con permiso permanente para meterse en los incendios profesionales. Sabe lo que hace, sabe dónde se mete. Lo del martes fue un accidente más de los que hay en una profesión que no siempre es cómoda.

La vista que tiene desde la cama del hospital Pío del Río Hortega de Valladolid no encaja nada con la naturaleza, pero él solo piensa ya en levantarse, recuperarse y empezar a trabajr de nuevo. Al fin y al cabo “solo soy Pedro Armestre cuando llevo una cámara colgada. Es un apellido con el que me conocen en la profesión, pero no es mi apellido como tal”