'CASO WIKILEAKS'

El último recurso de Manning

Al soldado podrían imponerle la próxima semana una pena de 90 años de cárcel por la filtración de miles de documentos secretos

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El soldado Bradley Manning ha dicho que se arrepiente del daño que causó a EE UU con la filtración de miles de documentos secretos a WikiLeaks, pero su mea culpa y los ruegos de su familia probablemente no le ayuden a evitar la pena de 90 años de prisión que le podrían imponer la próxima semana.

La juez militar estadounidense que lleva el caso, la coronel Denise Lind, comenzará a estudiar la sentencia el lunes y podría anunciar el martes la pena que impondrá al soldado y exanalista de inteligencia en Irak por los 20 cargos de los que fue declarado culpable. Durante una sesión de media hora el viernes pasado, la Fiscalía decidió no proponer más testigos, lo que agilizará la presentación de los argumentos finales el próximo lunes.

En un documento divulgado ayer en el tribunal militar de Fort Meade que lleva el caso, la juez explicó su fallo del mes pasado en contra de Manning al indicar que éste "sabía que los datos de inteligencia publicados en internet estaban al alcance de Al-Qaida". La juez consideró que Manning, que tiene ahora 25 años, actuó de forma insensata y que su conducta puso en "peligro" la vida de otras personas. Manning "tenía razones para creer que la información (filtrada) podría utilizarse para causar daño a Estados Unidos o para dar ventaja a cualquier otro país", señaló Lind.

Los más de 700.000 documentos clasificados que Manning filtró en 2010, con apenas 22 años, suscitaron la ira de la clase política de Washington. El miércoles pasado, con la voz entrecortada, Manning pidió disculpas por el daño que causó a EE UU. con la filtración de esos documentos, lamentó "no poder volver atrás y cambiar la cosas" y expresó su deseo de asistir a la universidad en el futuro y "ser una mejor persona".

Personalidad inestable

Aunque Manning fue absuelto de dos de los 22 cargos en su contra el pasado 30 de julio, incluyendo el de "ayudar al enemigo", el exanalista podría ser condenado a penas que suman hasta 90 años, que debería cumplir en la prisión militar de Fort Leavenworth, en el estado de Kansas. La juez Lind ha escuchado los argumentos de la Fiscalía, que defiende que las filtraciones a WikiLeaks supusieron un daño para la seguridad nacional de EE UU y que Manning actuó con premeditación y alevosía.

La Defensa, sin embargo, considera que Manning cometió un error de adolescente al querer denunciar los excesos de la guerra y que, además, tenía profundos problemas personales exacerbados en Irak. La hermana de Manning, Casey Major, y su tía, Debra Van Alstyne, reforzaron la idea de que un pasado turbulento y una personalidad aún sin formar influyeron en la decisión de Manning de revelar los diarios de guerra de Afganistán e Irak y miles de cables diplomáticos.

Van Alstyne, que acogió a Manning durante un tiempo en su casa, argumentó en su testimonio que su sobrino "entró con mal pie en este mundo", que su madre se emborrachaba a diario y su padre abandonó el hogar con otra mujer. Según su tía, Manning no encajaba en la disciplina militar, pero quiso probar suerte para acceder a los beneficios militares y recibir educación universitaria gratuita. Desde su detención en mayo de 2010, primero casi un año en un duro régimen penitenciario en Kuwait y luego en Estados Unidos, Manning ha tenido, según sus palabras, tiempo "para la reflexión".

Sus partidarios consideran que las motivaciones de Manning para realizar las filtraciones fueron nobles y necesarias tras una década de la oscura guerra contra el terrorismo, aunque la frialdad con la que un tribunal mira los hechos podría jugar en contra del soldado.