lucha antiterrorista

El fiscal pide 15 años de cárcel para Eneko Gogeaskoetxea

Está acusado de perpetrar un atentado sin víctimas mortales contra el Palacio de Justicia de Amurrio el 30 de noviembre de 1996

MADRID Actualizado: Guardar
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La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha elevado hoy a definitiva su petición de quince años de prisión para el etarra Eneko Gogeaskoetxea por perpetrar un atentado sin víctimas mortales contra el Palacio de Justicia de Amurrio (Álava) el 30 de noviembre de 1996. En la vista, Gogeaskoetxea, acusado del delito de estragos terroristas, ha negado su participación en estos hechos, así como su pertenencia a la organización terrorista ETA.

Durante el interrogatorio, en el que ha rechazado responder a las preguntas del Ministerio Público y solo ha contestado a las de su abogada, Gogeaskoetxea ha negado haber integrado junto a su primo y amigo Kepa Arronategui -ya condenado por estos hechos- el comando etarra 'Katu'. El acusado también ha negado haber recibido cursillos, órdenes, adoctrinamiento o material explosivo de personas relacionadas con ETA y ha asegurado que no confeccionó, ni trasladó, ni colocó un artefacto explosivo en los Juzgados de Amurrio.

En el juicio, ha comparecido como testigo Arronategui, quien ha reconocido su pertenencia al comando 'Katu' de ETA y ha afirmado que solo él confeccionó el artefacto explosivo que puso en el Palacio de Justicia de Amurrio. Arronategui ha manifestado que la declaración policial del 16 de octubre de 1997, en la que reconoció que Gogeaskoetxea y él componían el comando 'Katu"'y eran los autores del atentado de Amurrio, la hizo porque lo "chantajearon" y "presionaron" y porque tenía "miedo" de lo que pudiera pasarle a su familia.

En la declaración policial, que posteriormente ratificó ante un juez de instrucción, Arronategui dijo que, junto a Gogeaskoetxea, acudió a una cita en San Juan de Luz, posteriormente hizo un cursillo y, después, recibió tres entregas de material explosivo, armas y detonadores, que depositaron en el caserío de Natxitua, donde ambos vivían.

Huellas dactilares

Varios funcionarios que participaron en el registro del caserío de Natxitua han precisado que en la vivienda encontraron material explosivo, ordenadores, documentación de Gogeaskoetxea (DNI y pasaporte), así como un expediente académico del acusado.

Dos peritos han ratificado un informe en el que identificaron las huellas dactilares del etarra procesado en la cocina, en un vaso y en una botella en el caserío de Natxitua. La representante de la Fiscalía ha considerado que ha quedado "suficientemente acreditado" que Eneko Gogeaskoetxea es el segundo componente del comando 'Katu', compuesto por dos personas, y que participó en el atentado de Amurrio.

Entre otras "pruebas", la Fiscalía ha aludido a la declaración de Arronategui en Comisaría, que posteriormente ratificó ante el juez, así como las similitudes del material utilizado en el atentado de Amurrio y el encontrado en el caserío de Natxitua. El Ministerio Fiscal ha señalado que el artefacto explosivo compuesto por un kilo de cloratita provocó cuantiosos daños materiales y, aunque no hubo daños personales, era suficiente para causar graves lesiones.

Por su parte, la abogada del acusado ha pedido una sentencia absolutoria de su defendido, ya que, desde su punto de vista, se le pretende condenar sin prueba. La letrada de la defensa ha estimado que la declaración de Arronategui ante la Policía es nula porque la hizo "presionado" y bajo "amenazas". Ha argumentado que la documentación o las huellas dactilares de su cliente encontradas en el caserío de Natxitua no demuestran que viviera allí, sino que pasaba por el lugar "esporádicamente".

Según la Fiscalía, el procesado y Kepa Arronategui integraban en 1996 el comando 'Katu', que tenía como misión actuar en Álava bajo las directrices de la responsable Soledad Iparaguirre. Gogeaskoetxea y Arronategui confeccionaron un explosivo en el caserío de Natxitua que trasladaron la madrugada del 30 de noviembre de 1996 a la localidad de Amurrio y pusieron el explosivo en la parte trasera del edificio del Palacio de Justicia, que en ese momento se encontraba en construcción.

Tal y como estaba programado, dieciocho minutos después de que se colocara el explosivo, a la 1.18 de la madrugada, se produjo la explosión que no tuvo víctimas mortales, pero originó daños materiales que han sido tasados en 6.000 euros.