GRECIA

'Shisa', la droga 'low cost' que recorre los suburbios atenienses

En un contexto de austeridad marcial, esta droga que tiene efectos devastadores se ha expandido entre los más pobres de la capital, entre otras cosas, por su bajo coste

MADRID Actualizado: Guardar
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En Grecia no ganan para disgustos. Bajo el yugo de la austeridad marcial decretadas desde las instituciones comunitarias, los gestores de las arcas de Atenas han tenido que meter mano para recuadrar las cuentas en un sinfín de ocasiones en los últimos meses para cumplir con las exigencias de la troika. Un panorama de recortes laborales y sociales como el que discurre por las arterias de la vida helena que son el caldo de cultivo para historias y situaciones que salpican la pobreza en la que están inmersos muchos colectivos del país. En este contexto, se enmarca 'la matapobres'. Una droga que en los últimos meses se ha popularizado en las calles de la capital. Entre otras cosas, por su precio, una auténtica 'ganga' si se tienen en cuenta que una dosis de un gramo cuesta unos dos euros.

"Consumirla durante seis meses equivale a consumir heroína durante veinte años". Esta advertencia sale de boca de las portavoces de una conocida asociación antidrogas griega. Y es que la película Vice.com ha destapado esta problemática abriendo un nuevo frente para los responsables locales, que disponen de una empantanada capacidad de reacción por los ajustes presupuestarios. En dicha cinta, dos adictos explican los pormenores de la 'shisha', que viene a ser una variante de la metanfetamina. Cuando es ingerida, la persona experimenta entra en un estado de excitación y violencia en el que al parecer es complicado atenerse al mínimo razonamiento. Una experiencia que se ven en muchas ocasiones -al igual que sus efectos adversos- potenciados por mezclar la droga sintética con champú, ácido del motor o ácido de las baterías, tal y como han detectado las autoridades locales.

"La crisis ha dado a los traficantes la posibilidad de promover un nuevo fármaco barato, a la cocaína de los pobres", explica Poulopoulos Charalampos al periódico 'The Guardian'. Charalampos trabaja en un centro dirigido por adictos en Exarchia, el bastión 'anarquista' en Atenas. "Shisha se inhala o se inyecta y puede hacerse en laboratorios caseros. Es muy peligroso ya que para producirlo no hace falta ningún conocimiento especial", agrega. Este griego ha bautizado a esta droga como "el medicamento de la austeridad".

"La desesperación es tal que muchas mujeres están de acuerdo en tener relaciones sexuales sin protección, ya que la forma en que va a hacer más dinero", explica al rotativo inglés Eleni Marini, un psicólogo británico, perteneciente a la organización. "Shisha se ha relacionado con un impulso sexual muy intenso, pero los ataques de su capacidad para pensar con claridad y estamos viendo mucho más embarazos entre los drogadictos que se dedican a la prostitución", explica.

"Es difícil luchar contra ella. Ha habido un montón de detenciones pero no se ha frenado su expansión", cuenta otro policía griego, que añade lo "demacrado" del estado de quien los consume". "Afortunadamente -cuenta el agente- solo las toman quien están muy machacados por otras drogas".