Oración en el huerto con el donante Luis de Orleáns. / AFP
ARTE | EXPOSICIÓN

Una joya de la pintura francesa primitiva

El Museo del Prado presenta en sociedad ‘La oración en el huerto’, una tabla del siglo XV que después de su restauración ofreció una sorpresa

MADRID Actualizado: Guardar
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El Museo del Prado está de enhorabuena. Después de acoger la donación Várez Fisa, esta semana se presentó una nueva joya de la pinacoteca, una tabla del siglo XV que es toda una delicadeza. Se trata de ‘Oración en el huerto con el donante Luis de Orleáns’, un pequeño cuadro cuya creación los expertos ubican entre 1405 y 1408, uno de los descubrimientos más relevantes en lo que atañe a pintura primitiva francesa. Esta joya fue descubierta en casa de una familia española de origen francés. “Es una obra única”, dice María Antonia López de Asiaín, restauradora del Prado que, con un bisturí y un microscopio como únicas armas, se esmeró durante un año para sacar a la luz los secretos de esta excepcional obra.

Con el cuadro, la pinacoteca considera que ha realizado "uno de los hallazgos más importantes de la pintura primitiva francesa". La profundidad del cielo, enriquecido por una generosa capa de lapislázuli, atrae todas las miradas hacia ‘Oración en el huerto’. Pese a su pequeño tamaño, 56,5 x 42 centímetros, y la imponente presencia de las obras de Goya y Rubens, la pintura seduce por su encanto y atractivos colores.

Un particular ofreció la obra al Prado por un precio fijo de 850.000 euros. El museo evita desvelar el dinero pagado a la familia. Pero para los expertos, el valor de la tabla es incuestionable. Sus antiguos propietarios, según Pilar Silva, jefa del Departamento de Pintura Española, Flamenca y Escuelas del Norte del Prado, “ignoraban que tenían un tesoro”. En 2011 se depositó en el museo, donde se le efectuaron los análisis técnicos pertinentes. El estudio historiográfico y documental ha estado dirigido por Pilar Silva.

Después de retirar los barnices y los repintes apareció la figura de un donante arrodillado y vestido a la moda de entonces, con un libro en su mano en el que se aprecia el salmo ‘Miserere’. Se trata de Luis de Orleáns (1372-1407), hijo del rey de Francia Carlos V, asesinado por orden de su primo Juan sin Miedo en plena lucha por el poder en Francia. Los expertos dieron con la identidad del prosternado gracias a las hojas de ortiga de oro que lucen las mangas del donante, atributo de Orleáns.

El valor de la tabla

El valor de la tabla es mucho, dado que se conservan pocas obras de esta escuela. La Revolución Francesa destruyó muchas pinturas de este tipo, lo que convierte a la pieza en una joya de gran relevancia histórica, aparte de sus valores artísticos. "No es frecuente que una obra tan primitiva esté en un estado de conservación tan magnífico", aduce la restauradora. El que haya llegado en tan buen estado hasta hoy hay que agradecérselo a la capa de pintura marrón que ocultó las figuras de llamativos colores de Luis de Orleans y santa Inés, que aparece de pie a su lado. El repinte solo dejaba al descubierto a tres apóstoles y a Cristo orando.

Con el auxilio de radiografías, infrarrojos y rayos ultravioletas, los restauradores hallaron bajo la gruesa capa de pintura un hombre ricamente vestido, rezando de rodillas. Su postura lo identificaba claramente como el donante de la tabla. "Era una intuición pero desde el primer momento vi que era una pintura francesa", afirma Pilar Silva.

Los expertos atribuyen la obra al pintor y ayuda de cámara de Luis de Orleáns, Colart de Laon, si bien no pueden garantizarlo con certeza por la carencia de otras obras para contrastar este extremo.