masacre en estados unidos

La Asociación Nacional del Rifle rompe su silencio

Se muestra dispuesta a "una colaboración significativa" para que no se produzcan más tiroteos

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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La Asociación Nacional del Rifle de Estados Unidos (NRA, por su sigla en inglés) asegura "estar preparada para ofrecer una colaboración significativa" para que tiroteos como el de Newtown (Connecticut) del pasado viernes, en el que fallecieron 28 personas, 20 de ellas niños de corta edad, "nunca vuelvan a ocurrir".

"La NRA está compuesta por cuatro millones de padres y madres, hijos e hijas, y por ello estamos asombrados, entristecidos y con el corazón roto por las noticias de los terroríficos y absurdos asesinatos en Newtown", indica en un comunicado la poderosa organización, que defiende el derecho a portar armas.

La asociación rompe de esta forma el silencio que había mantenido desde el pasado viernes, y anuncia además una rueda de prensa para este viernes en Washington. "Por respeto hacia las familias, y como cuestión de básica decencia, hemos dado tiempo para el duelo, la oración y la completa investigación de los hechos antes de ofrecer un comentario", explica el escueto comunicado.

Desde que se produjo la masacre en Newtown, la NRA se había limitado a señalar "hasta que no se esclarezcan los hechos, no haremos ningún comentario", según declaraciones de su portavoz Andrew Arulanandam a la cadena CNN.

La NRA actúa tradicionalmente como grupo de presión ante las cámaras legislativas, tanto estatales como federales, para impedir que prospere cualquier tipo de restricción al derecho a llevar armas reconocido por la segunda enmienda a la Constitución de Estados Unidos.

Tras la matanza de Newtown, el debate sobre una hipotética modificación de este derecho se ha reabierto en Estados Unidos, en un momento en que, según una encuesta divulgada el lunes, más de la mitad de los estadounidenses apoya mayores restricciones sobre la venta de armas. Ayer mismo, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, expresó el respaldo "enérgico" del presidente Barack Obama a la propuesta de prohibir la venta de armas de asalto, sugerida por una destacada senadora este fin de semana, así como a una nueva legislación sobre el control de armas en el país.

Lanza disparó cuatro veces contra su madre

Bajo un cielo gris, la pequeña localidad de Newtown enterraba a dos más de los niños que fueron asesinados en la masacre del pasado viernes mientras sigue preguntándose por los motivos de un crimen que ha conmocionado a todo EE UU.

Las investigaciones avanzan lentamente y, de momento, solo añaden más detalles truculentos, como que el autor, el joven introvertido Adam Lanza, disparó cuatro veces en la cabeza a su madre, Nancy, mientras esta dormía. Según explicó Wayne Carver, el director de la Oficina Forense de Connecticut, Nancy Lanza recibió los disparos en la cabeza a manos de su hijo que le causaron la muerte instantánea durante el sueño. La personalidad de la madre, coleccionista de armas y aficionada a las prácticas de tiro, guarda, sin duda, una de las claves de este sangriento suceso. La otra, por supuesto, la tiene el autor.

El forense ha detallado que el joven Lanza, de 20 años, se quitó la vida en la escuela de un único disparo en la frente. Carver ha descartado que Adam estuviera bajo medicación en el momento en que perpetró la matanza, como se había barajado tras las declaraciones de su tío Jonathan, quien dijo que el chico estaba siendo tratado contra la esquizofrenia. Sin embargo, los padres -divorciados- de Lanza habían dicho en alguna ocasión a su círculo de amigos que su hijo padecía el síndrome de Asperger, una variante del autismo, pero no se sabe aún si había sido diagnosticado formalmente.

Las investigaciones continúan en la confortable casa que el tirador compartía con la madre, en donde los agentes se han incautado de teléfonos celulares, computadoras y videojuegos de ordenador. Las autoridades están tratando de acceder, bajo orden de registro, al historial médico del joven, con el objetivo de dilucidar la mayor incógnita que queda: el móvil de tanta tragedia.

Los vecinos de Newtown siguen sin salir de una pesadilla en la que los pequeños féretros y las familias en duelo se mezclan con los visitantes llegados de todo el país para expresar su apoyo y solidaridad espontáneos. Los cuerpos de James Mattioli y Jessica Rekos, ambos de seis años, fueron enterrados ayer, después de que el lunes se diese sepultura a Jack Pinto y Pozner Noé, de la misma edad.

A los funerales, completamente privados, solo pudieron acceder los familiares de los pequeños en un clima cargado de consternación y de dolor, por lo que algunos de los amigos más allegados a las familias tuvieron que esperar en los jardines de la iglesia Santa Rosa de Lima, donde se celebraron las misas. Fue el caso de Jackie Acosta, íntima amiga del abuelo de la pequeña, quien viajó desde Denver (Colorado) para apoyar a la familia de la niña en este trance. "Estoy aquí por ellos, estoy muy triste porque no pude entrar. (Recuerdo a la niña) muy linda, muy bonita, era un ángel", señaló Acosta, visiblemente emocionada. Acosta trató de telefonear al abuelo de Jessica pero le fue imposible, aunque sí pudo hablar con su "mejor amiga" y madrina de su hijo, Marie, esposa en segundas nupcias del abuelo de la niña.

Hoy continuarán los oficios por algunas de las víctimas, el la de la directora del centro, Dawn Hochsprung, y los de los pequeños Daniel Barden (7), Caroline Previdi (6) y Chase Kowalski. Además, se celebrará en Stratford el funeral de la profesora de origen puertorriqueño Victoria Soto, considerada una de las heroínas del suceso porque escondió a sus alumnos en un armario y evitó con su cuerpo que el autor de la masacre los alcanzara.