FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Victoria afortunada y estéril del Valencia

Jonas y Guaita derrotan al Lille en un partido muy gris del equipo blanquinegro en vísperas del debut de Valverde

MADRID Actualizado: Guardar
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El Valencia, con el interino Voro en el banquillo antes del debut de Ernesto Valverde el sábado en Pamplona, hizo los deberes en Lille, pero su afortunada victoria ante el débil equipo francés, ya fuera de Europa, resultó insuficiente para acabar líder de grupo. No dependía de sí mismo, sino del Bayern, y el vigente subcampeón de la ‘Champions’ no falló en Múnich ante el BATE Borisov.

La carambola no se dio, pero el Valencia solventó tras la destitución de Pellegrino su gris partido en campo del Lille, donde sufrió cuando el conjunto local se estiró y sacó petróleo de una llegada aislada que se saldó con un penalti que dio origen al triunfo. Insulso y estéril futbolísticamente, aunque fructífero en el terreno económico, ya que se llevó un millón de euros por los tres puntos.

Fue el brasileño Jonas quien, tras ser expulsado ante la Real por su codazo a Zurutuza y ser castigado con un partido, se encargó de provocar y marcar la pena máxima y dar algo de esperanza al Valencia, aunque muy escasa, porque poco antes Mario Gómez ya había adelantado al Bayern y el equipo levantino ya intuía que tendría que conformarse con la segunda plaza de grupo. El pesimismo invadió después aún más a un equipo centrado casi exclusivamente en su cercano choque ante Osasuna que encontró un bálsamo en el Lille para intentar levantar el vuelo en la Liga.

No está el Valencia para alardes en Europa y, aunque Valverde debe servir de revulsivo y darle un plus, mucho tendrá que mejorar de cara al primer cruce directo en la Liga de Campeones para pensar en la continuidad. Al menos no se jugaba el billete en la última jornada, como tampoco tenía ya ningún interés deportivo el Lille, porque, con la convulsión y el estado de nerviosismo que azota al club, incluso se le podría haber complicado el pasaporte si las circunstancias hubiesen sido diferentes.

En un encuentro casi amistoso, lento hasta la desesperación, con un centro del campo nulo para crear fútbol hasta que salió Gago, y sin chispa en ataque, salvo la que aporta el siempre desequilibrante Jonas, el Valencia, aunque ya parecía importarle muy poco, jugó con fuego en la segunda parte y se arriesgó a quedarse sin victoria. Mientras que el Lille adelantó líneas y, con escasos argumentos futbolísticos se animó en busca del empate, el Valencia reculó y se dejó llevar. Era comprensible, ya que no confiaba en un tropiezo del Bayern, pero empañó su imagen tras el descanso. Incluso Valdez tuvo que sacar casi bajo palos un remate del Lille que se colaba en la portería al inicio de esa pobre segunda mitad del Valencia en la que solo lo intentó de medio campo hacia adelante, las pocas veces que se cruzó la medular, Jonas. En la recta final, entre un disparo al larguero de Payet en el minuto 86, fue Guaita, con dos impresionantes paradones, el que impidió el empate que habría arruinado la actuación de Jonas, que sin ser brillante, sí fue muy efectiva.

El brasileño marcó su cuarto gol en la ‘Champions’, los mismos que Soldado, y propició que el Valencia se relajase, reservando fuerzas para el choque del Reyno de Navarra en el que, sin apenas tiempo, Valverde debería empezar a dejar su impronta, la del toque que tanto le gusta. En Lille, como ya avanzó el técnico puente entre Pellegrino y el murciano, no hubo ni sello Voro, ni sello Valverde, con una alineación consensuada entre ambos que quedó huérfana de fútbol con la pareja Tino Costa-Albelda. Gago tardó en salir, y cuando lo hizo, el Valencia ya solo estaba preocupado por defenderse y achicar balones a base de pelotazos. Sin merecerlo, el Valencia ganó para tomar aire y el impulso que le es tan necesario.