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Del Bosque tropezó en la misma piedra de Bloemfontein

Desde la derrota ante Estados Unidos en semifinales de la Copa Confederaciones, el técnico siempre había apostado por Busquets como sostén del centro del campo

MADRID Actualizado: Guardar
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Pérdida de identidad y del balón, lesiones musculares, falta de pulmones, el último cambio, el penalti fallado, el error fatal de Juanfran y, sobre todo, la falta de equilibrio defensivo del equipo al no estar Busquets como hombre ancla en el centro del campo. Aunque a España y a Del Bosque les sobra crédito, el inesperado empate ante Francia en el Calderón complica el panorama en el grupo de clasificación para el Mundial 2014 y abre algunas incertidumbres.

El seleccionador ejerció la autocrítica tras el partido. Reconoció que ‘La Roja’ «especuló un poquito», «careció de profundidad» y acusó la «mala suerte» de los problemas físicos de Silva y Arbeloa que «trastocaron las sustituciones». Pero se detuvo en dos aspectos fundamentales que le competen directamente. Confesó que echó en falta «el equilibrio» de la pareja Busquets-Xabi Alonso en el doble pivote. Y, en relación con ello, advirtió un problema de físico cuando el partido se destartaló y se convirtió en un «ida y vuelta perjudicial». Vino a decir que España se partió y perdió el gobierno en la zona de creación sin el sostén culé.

Del Bosque tropezó en una piedra que le dejó marcado hace más de tres años, cuando España cayó ante Estados Unidos (0-2) semifinales de la Copa Confederaciones. Entonces, se atrevió a prescindir de Busquets y a colocar a Xabi Alonso como único medio de cierre. Tocaba dominar a un rival inferior. Pero el tolosarra se encontró solo, sin la colaboración de Xavi, Cesc, Riera, y mucho menos de los delanteros Villa y Torres, y se vio impotente para frenar las contras de los yanquis. Los goles de Altidore y Dempsey noquearon al favorito y Del Bosque grabó en el disco duro de su memoria la lección de Bloemfontein (Sudáfrica).

Desde ese día, mantuvo la pareja de medios incluso a contracorriente. Cuando se criticó a Busquets en algún partido, salió en su firme defensa y llegó a decir que, en su etapa de futbolista -centrocampista muy lento pero de gran técnica y soberbia visión de juego- le hubiera gustado parecerse al azulgrana. Abdicó de su principio irrenunciable en Minsk, ante Bielorrusia, y la apuesta le salió de maravilla. Sin Piqué y sin Puyol y con un rival tan endeble enfrente, le sobraban argumentos para reconvertir a un pivote en central. Repitió ante Francia pese a que toda la crítica apostaba por Albiol. Por vez primera, rompía al equipo por su eje ante un enemigo de primera clase. Seguro que no vuelve a insistir.

Circunspectos

Pese a dejar sentado que en el fútbol no existen verdades absolutas y nunca se sabe con certeza lo que hubiera ocurrido en otras circunstancias, sí admitió que tuvo grandes dudas antes de introducir a Fernando Torres a un cuarto de hora del final, cuando los franceses asediaban el área de Iker Casillas. «Siempre nos quedará la duda de si habría que haber reforzado atrás», dijo el técnico, igual de circunspecto que los jugadores tras ese gol de Giroud en la última jugada.

Del Bosque sabe que hizo un cambio político que le reporta críticas. Era evidente que hacía falta un jugador de contención como Javi Martínez, e incluso un central puro, como Albiol, para cortocircuitar a los franceses. Pero el técnico charro antepuso la buena salud del vestuario y brindó al ‘Niño’ Torres la oportunidad de volver a pisar el césped del Calderón cinco años después de jugar con su Atlético ante el Celta.

El único pero que no le hizo meditar a Del Bosque fue el del lanzador del penalti. Xabi Alonso es el habitual pero esta vez cedió ante la petición de Cesc, al que un gran Lloris adivinó la intención. El seleccionador no pierde ni un segundo en eso. Ni piensa en las penas máximas, ni las entrena. Entiende que «todos son buenos lanzadores y todos pueden marcar o fallar un penalti». Es más una cuestión de estado ánimo en ese momento que de técnica o especialización.

La insistencia en el ‘9 mentiroso’ tiene más que ver con la falta de un ariete español que te garantice a día de hoy al menos 20 goles por temporada que con una idea preconcebida. Los números dicen que España dobla casi sus números de goles con un falso punta que con un ariete fijo pero, si la selección tuviera a un Falcao, no habría debate posible. Siempre jugaría con un punta. Cesc es una gran solución pero no una garantía como delantero. El problema es que Torres, Soldado, Negredo, y Fernando Llorente, no convencen al cuerpo técnico.

El empate puso fin a rachas históricas. España no pudo celebrar sus ‘Bodas de Plata’, ya que llevaba 24 victorias consecutivas en partidos de clasificación para europeos y mundiales. Lo había ganado todo desde un empate en Islandia, en septiembre de 2007. Y, en casa, acumulaba nada menos que 25 triunfos en serie. Pero lo peor es que se recordaba a una España tan vulnerable y agobiada desde el choque ante Italia en Gdansk (1-1). Ese gol de Di Natale, en el primer partido de la Eurocopa, dio paso a nueve partidos y 818 minutos de Casillas invicto. Hasta que apareció Giroud.