Las ruedas como las neveras

Primero fueron las bombillas, luego las neveras y los electrodomésticos, para pasar después a los automóviles. Las normativas para rebajar los índices de contaminación y el consumo llegaron para relegar los grandes motores, con multiválvulas, a un segundo plano y se primara los motores diesel de pequeña cilindrada con recirculación de gases -que cuando se avería una válvula hay que preparar un fajo de billetes- y turbos tan pequeños y delicados que podría montarse una motocicleta.

Después llegaron los coches híbridos y los eléctricos -cuyo placer de conducir está lejos de lo que aspira cualquier entusiasta del volante- y ahora la ruedas, siempre uno de los componentes más importantes del vehículo, porque son los que garantizan la adherencia, capacidad de frenado y estabilidad (un coche, independientemente de la velocidad a la que circule, va literalmente apoyado en la carretera sobre cuatro superficies equivalentes, cada una, a un paquete de cigarrillos).

Desde el 1 de julio todos los neumáticos de turismos, furgonetas, camiones y autobuses que se fabriquen deben incorporar la nueva etiqueta europea regulada por el Reglamento 1222/2009. Los objetivos de esta normativa son aumentar la seguridad y eficiencia medioambiental, a la vez de permitir a los usuarios elegir mejor los neumáticos que se adapten a sus necesidades y a sus vehículos, según explican desde la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer).

La excepción, los camiones

La nueva etiqueta europea, que deberá figurar obligatoriamente en todos los neumáticos que se comercialicen antes del próximo 1 de noviembre, clasifica los neumáticos en función de tres criterios: consumo de carburante (cuadro superior izquierdo de la etiqueta): clasificación de la A a la G, evaluando el nivel de resistencia a la rodadura y de qué forma contribuye el neumático a ahorrar carburante, siendo la categoría A la más eficiente y G la menos eficiente; seguridad (cuadro superior derecho): clasificación de la A a la G, evaluando la distancia de frenada en suelo mojado; y ruido ambiental (cuadro inferior): clasificación de 1 a 3, midiendo el nivel de ruido exterior del neumático.

Esta etiqueta tendrá que estar pegada en la banda de rodadura de los neumáticos. La excepción será para los camiones, cuyos neumáticos tendrán la documentación técnica y comercial en el adhesivo y en la factura de compra.

Ante esta novedad, Fenadismer recomienda a todos los transportistas "exigir y comprobar" la nueva etiqueta europea al adquirir los neumáticos, ya que ello permitirá tener "un mejor conocimiento sobre el producto adquirido y las posibilidades de ahorro de carburante, teniendo en cuenta que se consiguen reducciones de 3 litros de carburante por cada 100 kilómetros entre una categoría y la siguientes (por ejemplo entre la letra A y la letra B)". Esa recomendación es extensible al resto de conductores, dado que reducir el consumo de carburante no está nada mal en tiempos en los que la gasolina y el gasoil están por las nubes.