Recreación aérea del enclave que ocupará el nuevo centro de Apple. / Rc
ARQUITECTURA Y TECNOLOGÍA

El nuevo edén de Apple

La compañía hace públicos nuevos bocetos sobre el megacomplejo que construirá en Cupertino

MADRID Actualizado: Guardar
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Sin corbata ni camisa. Mucho menos con americana. El día 8 de junio Steve Jobs se enfundó su uniforme de rigor: zapatillas, vaqueros y jersey negro. La misma vestimenta que solía mostrar en la presentación en sociedad de cualquiera de los inventos de Apple. Aquel día el difunto patrón de la factoría tecnológica entró en el ayuntamiento de Cupertino con la seguridad del que sabe que aprobará el examen incluso antes de conocer la materia. Acudía a explicar el proyecto que desde hace meses barruntaba para la construcción del nuevo cuartel general de la empresa.  Un megacentro con aires futuristas en el que la compañía de la manzana pretende reunir los edificios repartidos en otras áreas de la localidad californiana y que se estima que albergará más de 13.000 puestos de trabajo. Todo ello encuadrado en un pintoresco contexto vegetal con el que conformar un sorprendente espacio cuya concepción ha sido encargada a Norman Foster, sin duda, el arquitecto más conocido de todo el mundo.

Aunque todavía no hay fecha programa para colocar la primera piedra, los trámites están muy avanzados. El alcalde de la ciudad, Gibert Wong, afirmaba en septiembre que "no cabe la posibilidad" de que la propuesta sea rechazada. La iniciativa tenía pocos visos de naufragar. No solo por combinar la esencia de dos  de los mayores genios creativos -uno del gremio tecnológico y otro del gremio arquitectónico- sino porque era complicado que Cupertino dijese que no a uno de sus grandes ídolos, Steve Jobs, responsable de haber colocado a la localidad entre las capitales mundiales de la innovación.

El campus 'Apple 2' contará con cuatro grandes estructuras. El edificio central dibujará un enorme círculo en cuyo interior se abrirá un anfiteatro salpicado de terrazas y espacios pensados para los trabajadores. Las paredes de sus cuatro plantas de altura serían acristaladas y los pasillos se situarían a los laterales dejando el centro del óvalo para las oficinas. Todo ello pensado para albergar la friolera de 13.000 trabajadores, que dispondrían de cerca de diez mil plazas de aparcamiento repartidas en dos plantas subterráneas y un aparcamiento adicional. La cifra marea más si se tiene en cuenta que en el municipio están censadas unas 50.0000 personas.

Este sería el centro neurálgico del recinto y conectaría con diferentes zonas. Entre estas destaca un auditorio, con un patio de butacas pensado para un millar de asistentes. Esta zona, y otro salón de exhibición, estarían bajo tierra y solamente el vestíbulo sería visible desde la superficie. 

Aunque no se ha detallado los fines concretos, el proyecto reserva dos amplias parcelas para un total de siete edificios muy similares que compondrán las instalaciones de Investigación de Apple. De lo que si se conocen más detalles, es sobre el gimnasio. De planta circular, contaría con una amplia zona de 2.323 metros cuadrados para practicar deporte y relajarse en el spa. Además entre los planos publicados se puede observar que entre los extensos jardines planificados se pensó en varias rutas, muchas de ellas pensadas para paseos en el entorno del campus e, incluso, para un circuito de jogging.

Vegetación y energía

Precisamente uno de los puntos más llamativos de la propuesta es las amplias zonas que reserva para la vegetación que ocuparía más de la mitad del terreno. Una variada selección -flores, plantas variadas, ciruelos, cerezos o manzanos - que Jobs ya dejó planificada para crear diferentes ambientes dependiendo la estación del año. En total, se calcula que habrá que plantar más de 6.000 de árboles, que supondría casi un crecimiento del 33%.

En consonancia con la concepción de un espacio que aúne innovación y naturaleza, el campus también dispondrá de un centro energético además de varias placas solares instaladas . La intención del fundador de Apple era que el complejo se autoabasteciese dejando las fuentes externas de electricidad como respaldo de seguridad.

A la espera de que las autoridades tramiten los obligatorios estudios medioambientales y debatan detalles del proyecto, hay quien apunta que este complejo faraónico podría estar terminado para 2015-2016. Sufragarlo no debería ser problema alguno. El dulce momento que atraviesan las arcas de la compañía -cabe recordar que en agosto llegó a ser la más valorada del mundo-  podría permitirle no tener que buscar otras fuentes de financiación para acometer lo que el propio Jobs predijo, que además de ser un referente para la industria tecnológica, también sería un ejemplo para la arquitectura actual.