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Del convento a la web

La clausura se encomienda a la venta 'on line'. Nace el primer portal que une a todas las órdenes para poner su repostería a un click

MADRID Actualizado: Guardar
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Almendras molidas, casi en polvo, tres yemas de huevo y uno entero, azúcar, la raspadura de un limón, cabello de ángel, ciencia y paciencia para elaborar la masa y manos expertas para alumbrar el resultado. Hasta ahora, esta era la receta de los llamados rebujaditos, una de las delicias que nacen del corazón de los conventos de clausura por estas fechas. Pero la centenaria fórmula acaba de incluir un nuevo ingrediente: hacer una foto al dulce y subirla a internet para su venta online.

Si hoy casi todo pasa por la red, la herencia culinaria que atesoran las monjas de clausura no se queda atrás. La repostería monacal se reinventa en España y salta del torno a la red para poner a un golpe de click todos sus dulces. Así ha nacido la primera web (monasteriosyconventos.com) que aglutina a casi todas las órdenes del país en una tienda virtual donde cualquiera puede adquirir su delicia favorita, sin importar lo lejos que quede el torno del convento.

La idea de utilizar la red para abrir los secretos de la clausura al mundo conoce precedentes: desde las religiosas del Santo Sepulcro de Alcoy, que colgaron vídeos en su web para dar a conocer la vida contemplativa, hasta las que incluyeron el email en sus hábitos de comunicación hace ya trece años. Pero el comercio electrónico era terreno virgen. O casi.

Pioneras en altruismo

Las pioneras fueron las monjas de Santa Clara de Badajoz, que vendieron por internet su repostería por primera vez en el año 2000. Pero no cundió el ejemplo y aquella iniciativa no fue a más. En esta ocasión, la web creada es de todos y para todos. Las órdenes adheridas a la iniciativa, unas cien, cuentan con la ayuda de una fundación -Amplexus- que se encarga de la gestión de la citada tienda online. «De este modo, las religiosas no tienen la obligación de manejarse con el mundo virtual que, salvo excepciones, no es el suyo», explica Mercedes Irigoyen, una de las responsables del portal y de la citada fundación.

Las Clarisas de Salvatierra, Nuestra Señora de los Ángeles, Nuestra Señora del Espino o San Clemente son algunas de las primeras congregaciones que se han encomendado al comercio electrónico. Perrunillas, almendrados, mermeladas, yemas, cocadas, dulzuras clementinas, cremosos puños de San Francisco... Todo lo que ofrecen, también presentado en cestas navideñas, son productos naturales en cuya elaboración intervienen pocas y sabias manos y ninguna máquina. Los grupos de repostería comienzan a trabajar en noviembre y la cifra de religiosas que se ponen manos a la obra oscila entre seis y veinte porque las comunidades son muy reducidas.

El resultado es artesanía pura. La tienda virtual recoge muchas muestras, pero no todas. «La web es de reciente creación y la alimentamos día a día con nuevas especialidades, que son incontables. Si alguien quiere algo específico, aunque no lo vea en el portal, puede gestionar un pedido a través de un teléfono habilitado para ello», concreta Irigoyen.

Los padres de la idea, que también quieren promover alojamiento y retiros, saben que muchos se preguntarán a dónde va ese dinero y para qué lo necesita la clausura. La iniciativa es altruista -algo que también la hace única- y todos los beneficios van a las congregaciones. «Al mantenimiento del patrimonio de las órdenes, por ejemplo».

La web es un complemento perfecto (y duradero) a la venta cara a cara en las clásicas ferias de dulces conventuales, que se suelen circunscribir a la Navidad y poco más. Muchos agradecerán que exista monasteriosyconventos.com. Para muestra, un dato: al segundo día de una feria de estos dulces que se celebra en Madrid hubo que reponer casi todos los surtidos. Lo auténtico arrasa.