crisis financiera

La banca española pierde crédito

Standard & Poor´s y Fitch rebajan la nota a bancos y cajas por la debilidad de la economía y las turbulencias de los mercados

MADRID Actualizado: Guardar
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Pintan bastos para las entidades bancarias españolas, que pierden credibilidad ante las agencias de calificación, en tanto arrecia la tormenta en el sector financiero europeo. Mientras el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, advierte en tonos dramáticos de la necesidad de recapitalizar el sistema, para que el riesgo no se extienda, y Bruselas ultima las fórmulas que aplicará en las exigencias de la solvencia, el supervisor bancario europeo ya ha dado pistas sobre las nuevas pruebas de resistencia que se propone imponer a las instituciones, que ponen el listón mucho más elevado y podrían exigir refuerzos a la mayoría de la banca española.

Bancos y cajas nacionales lo tienen cada vez más difícil: la agencia de calificación Standard & Poor´s ha rebajado la nota de la deuda a diez entidades y empeorado la perspectiva a otras cuatro, por el riesgo económico del país, y la turbulencia de los mercados. Fitch, por su parte, ha recortado la calificación a seis. En ambos casos, incluso los dos 'gigantes' bancarios, Santander y BBVA, salen tocados.

Los problemas de los sistemas bancarios de unos y otros países son claramente distintos. Mientras los dirigentes del Banco Central Europeo, y también Bruselas, centran ahora las necesidades de capitalización en el impacto de la crisis de deuda en las carteras de las entidades, especialmente alemanas y francesas, los bancos españoles sufren de rebote las consecuencias. Pero su punto flaco es muy diferente y se centra en el riesgo inmobiliario, que les cuesta mucho digerir, más aún en momentos en que se ha agudizado el debilitamiento de la economía. Además, las turbulencias causadas por la situación griega, y los episodios de cierre de los mercados mayoristas han complicado extraordinariamente su actividad y los resultados del negocio en el ámbito nacional.

Degradadis

Buena prueba de ello es la rebaja anunciada por Standard & Poors, que se extiende a Santander y BBVA, a pesar de que buena parte de sus resultados proceden ya del negocio en el exterior. La lista de los afectados por el descenso abarca también a Sabadell, Ibercaja, Bankinter, BBK y Kutxa, así como a Banesto y las filiales Santander Consumer y Santander UK y a la Confederación Española de Cajas de Ahorros. Bankia y CaixaBank quedan con perspectiva negativa. En conjunto, todo el sistema financiero español baja de la consideración de nivel 3 a un rango 4, de un total de diez. La agencia realiza una estimación de las pérdidas imputables a los créditos morosos y fallidos, y también de la merma de valor de los activos adjudicados, que eleva a una cuantía total en torno a los 300.000 millones a lo largo de la crisis.

Bancos y cajas españoles no verán la luz al final del túnel en un plazo de 15 a 18 meses, añaden los analistas de la agencia. Y argumentan que la economía va a crecer menos a corto plazo, el inmobiliario sigue estancado, y a ello se han sumado los impactos de las turbulencias financieras. Como una pescadilla que se muerde la cola, mientras las entidades financieras sigan acumulando activos problemáticos, no podrán liberar recursos para que el resto de la economía adquiera pujanza. Todavía se puede dar un ajuste más brusco en la oferta de crédito, pronostican.

El recorte de Ficht ya era esperado, después de que hubiera degradado en dos tramos la calificación de la deuda española y la hubiera colocado en perspectiva negativa. En concreto, esta agencia recorta un escalón la nota de Santander, Banesto, BBVA, CaixaBank, Banco Popular y Sabadell y las coloca en perspectiva negativa. La debilidad de la economía española y la alta tasa de paro -reitera- deterioran la actividad del negocio bancario.

Exigencias

En medio de este panorama, las exigencias de recapitalización que se plantea Europa, y los primeros esbozos de las pruebas de solvencia a las que quiere someter a las instituciones, han encendido todas las alarmas. Que por causa de las carteras de deuda nos veamos obligados a la recapitalización no tiene sentido, alertaron, sucesivamente, el presidente del Popular, Ángel Ron, y el consejero delegado de Banesto José García Cantera. "Los bonos son tradicionalmente el activo más seguro y si se ponen en cuestión, ¿quién querrá comprarlos", argumentó Ron. Para García Cantera, "generalizar no sirve de nada, porque los problemas de cada sistema bancario son distintos".

No parece que la Autoridad Bancaria Europea (EAB, por sus siglas en ingles) esté por la diferenciación. El supervisor estudia elevar del 5% al 7% las exigencias de capital mínimo de máxima calidad que se exigirá a las entidades en las nuevas pruebas que se aplicarán al sector financiero y estima que las necesidades totales de recursos propios adicionales podrían superar los 100.000 millones de euros.

En una primera aproximación, se apunta que casi todas las entidades españolas -17 sobre 24- podrían necesitar más capital.

Pero calcular el impacto cierto no resulta posible a estas alturas, porque los test de estrés del pasado julio se realizaron con datos de 2010 -entonces suspendieron cinco- y la situación ha cambiado sensiblemente. Además, la EAB parece dispuesta a no tomar en cuenta, tampoco en esta ocasión, las provisiones genéricas y otras, que el Banco de España sí contabiliza y que modificaron sensiblemente aquellos resultados.