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Bradley Cooper: «Gracias a De Niro soy actor»

El actor de Filadelfia protagoniza ‘Sin límites’, la historia de un escritor que gracias a una pastilla se convierte en un genio

MADRID Actualizado: Guardar
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Bradley Cooper tocó el cielo con ‘Resacón en Las Vegas’. La película arrasó en medio mundo y tanto los espectadores como los estudios conocieron a ese treintañero alto, de intensos ojos azules y que se metía en la piel del desastroso Phil. En cambio, él es más serio y poco dado a las bromas, al menos ante la prensa. El éxito del largometraje le llevó a rodar una secuela, que se estrena en unos meses; a convertirse en uno de los miembros de ‘El equipo A’ y a ser un escritor sin ideas en ‘Sin límites’, su última película que se estrenará en España el próximo 8 de abril. Toda esta carrera, no hubiera sido posible sin los largometrajes de un actor neoyorquino. “Gracias a De Niro soy actor”, confesó el intérprete nacido hace 36 años en Filadelfia.

Con su última película, ha cumplido el “sueño” de poder trabajar con él en dos papeles totalmente diferenciados. “Cada día llegaba al rodaje entusiasmado. Me emocioné tanto que me pude sobreponer a lo que me intimida un actor, un maestro, como él”, comentó Cooper. Las dos semanas del rodaje fueron “las mejores de mi vida profesional”, cuando pensaba que iban a ser muy estresantes pos estar con el actor que dio vida a Travis Bickle en ‘Taxi Driver’. “Es una persona que no habla mucho”, indicó Cooper, reacio a contar alguna anécdota sobre su relación. Solo se limitó a contar que durante el rodaje de ‘Sin límites’ estuvo todos los días encargando que llegaran al camerino de De Niro una especie de pepito de ternera –típico de Filadelfia- caliente.

Pastilla mágica

Los dos son los protagonistas de esta película dirigida por Neil Burger (‘El ilusionista’, ‘Entrevista con un asesino’, ‘Tipos con suerte’) y basada en la novela ‘Los campos oscuros’ de Alan Glynn. La vida de Eddie Morra (Bradley Cooper), un escritor en blanco que vive en un piso mediocre, cambia cuando se encuentra con su excuñado. Tiene una nueva droga experimental, NZT, que puede hacer milagros. Esa magia consiste en que la pastilla mágica hace funcionar a pleno rendimiento al cerebro.

Morra comienza a ser un genio: habla varios idiomas, ser un lince de las finanzas o escribir con soltura y sin problemas. La situación de Morra, con abandono de chica incluido, le trajo recuerdos a Cooper sobre su propia vida. “Antes tenía más pelo, aunque no creo que fuera tan guarro como Eddie. “Sí he vagado por Nueva York. La verdad es que fue muy divertido hacer esa parte de la vida de Eddie”, confesó. El actor estadounidense consideró que Burger le ha dado al film un aire “híbrido”, ya que no es “ni un thriller, ni un drama porque tiene mucho humor”. “Neil tenía un estilo muy claro. Quería que el espectador sintiera lo mismo que el protagonista a la hora de tomar la droga”, matizó. Tomar la píldora le cambia la vida. Recupera a su chica (Abbie Cornish) y conoce a un pez gordo de las finanzas: Carl van Loon (Robert de Niro).

Cooper se mostró partidario de que existiera esta pastilla porque el hombre “podría hacer cosas maravillosas, como curar enfermedades”, aunque reconoció que también tiene un lado malo, como la dependencia a ellas. “Yo haría como Eddie. Lo tengo claro”, comentó. “A lo mejor no estamos tan lejos. Hay pastillas para todos los casos en estos momentos. Hay píldoras para concentrarnos, para paliar la ansiedad, para que logremos concentrarnos para un examen…”, enumeró Cooper. “A lo mejor esta es una de las causas del éxito de la película en Estados Unidos y en Reino Unido”, dijo con cierta sorna. La primera y única vez que se relajaba y esbozaba una franca sonrisa.