patriarca de las letras españolas

Delibes y el periodismo

En 'El Norte de Castilla' ejercita y afina su pluma y su ingreso en el periódico es una de las causas, casi fortuitas, que encaminan al escritor hacia la literatura

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La vida y obra del novelista Miguel Delibes han estado vinculadas estrechamente al periodismo, y más directamente al periódico vallisoletano El Norte de Castilla.

En él ingresa, el 10 de octubre de 1941, como caricaturista, se hace luego redactor, tras un curso intensivo de periodismo en Madrid, y ocupa con el tiempo los puestos de subdirector, en 1952, y director en 1958. Se ve obligado luego a dimitir, en 1963, por sus enfrentamientos con la censura franquista, pero siempre seguirá vinculado al periódico vallisoletano, en puestos de alta responsabilidad o representatividad, al igual que seguirá escribiendo y publicando artículos y crónicas en diferentes medios de comunicación españoles e hispanoamericanos. En 1975, incluso, se le ofrece a Delibes la dirección del periódico El País, a punto de salir a los kioscos, pero el escritor, recientemente fallecida su esposa, declina el ofrecimiento.

Un punto de partida

La actividad periodística de Miguel Delibes, tan estrechamente relacionada con la literaria, merece ser contemplada desde dos aspectos. En primer lugar, como taller de aprendizaje precisamente de esa posterior y preponderante labor narrativa del novelista vallisoletano. En El Norte de Castilla ejercitará y afinará su pluma y será su ingreso en el periódico una de las causas, casi fortuitas, que encaminarán a Delibes hacia la literatura, según él mismo ha reconocido.

Y en segundo lugar, el periodismo supuso para Delibes su primer ejercicio de compromiso e independencia de pensamiento, en unas circunstancias tan difíciles de llevar ambas a la práctica. Delibes y su periódico plantan cara a la censura imperante y llevan su postura crítica hasta los mismos límites de lo permisible. Su denuncia de la postración del campo castellano, la incorporación al periódico de redactores y colaboradores no oficialistas, la atención prestada a los primeros movimientos obreros o estudiantiles, la manifiesta resistencia al seguidismo de las consignas en la página editorial, etc., etc., serán otros tantos motivos de forcejeo y enfrentamiento de M. Delibes con la autoridad de prensa, y la manifestación de lo que habrá de ser su actitud ética a lo largo de su vida, tanto en el periodismo como en la literatura. Porque cuando las cortapisas a la libertad de expresión impiden a Delibes llevar más lejos sus denuncias en el periódico, se pasa paladinamente a la novela y escribe, por ejemplo, “Las ratas”, que al igual que otros títulos del llamado “realismo social”, traslada a la literatura una actitud crítica mucho más incisiva y cruda que la de prensa.