Roche, el lujo se quedó por el camino

Entonces no había boom ni burbuja inmobiliaria a la que echarle la culpa. En el año 64, en un paraje de montes, acantilados, calas y pinares empezó a fraguarse la historia de una de las urbanizaciones costeras más conocidas de la provincia:Roche. El objetivo era convertirla en una zona residencial de lujo. Pero su desarrollo no siguió finalmente el mismo camino que otros como Vistahermosa en El Puerto o Sancti Petri en Chiclana. Allí la historia no terminó.

Primero, tuvieron que pasar 30 años (hasta 1992) para que se concluyeran las primeras obras. La actuación fue promovida por Rosam, (Roche Sociedad Anónima Municipal). Se llenó de residentes y chalés. Además se proyectó la puesta en marcha de algunos equipamientos –picadero, club social, pistas, piscina...

todo pintaba para que fuera ese lugar de descanso familiar soñado, la idea de los primeros propietarios. Así fue durante años. La zona residencial fue creciendo con la actuación de la Promotora Roche S.A. Algunos vecinos advirtieron que los estatutos originales no se cumplían en determinadas actuaciones, lo que se complicó con el boom inmobiliario (ya sí) en los 90. Roche abarca 260 hectáreas de terreno, en ellas se reparten unas 1.500 viviendas y más de 6.000 residentes, pero apenas hay medio millar de censados.

Actualmente, Roche no es lo que se imaginó. Los líos administrativos y económicos para que el Ayuntamiento recepcione eternizan un abandono que para muchos vecinos es insostenible, sobretodo, cuando se ven obligados a pagar impuestos pero no reciben servicios básicos a los que se supone tienen derecho.

Mientras, la urbanización continúa con esos proyectos abandonados, cerrados, vacíos, con sus calles cosidas a socavones y las aceras intransitables. Además, la construcción de viviendas ilegales en su entorno y las luchas internas entre miembros de la comunidad han puesto más piedras en la pista de despegue de este rincón de postal.