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Comienza a caer José Antonio, símbolo de la autodestrucción

Comienza el derribo de esta barriada portuense, foco del narcotráfico de la provincia durante más de una década

MARÍA ALMAGRO

Pasadas las once de la mañana de este lunes una gran pinza metálica comenzaba a golpear con fuerza la pared lateral de uno de los barrios de la Bahía de Cádiz donde más daño ha hecho la marginalidad y el deterioro al que empuja la droga. La grúa empezaba a girar una y otra vez su brazo e iniciaba así el derribo de la barriada de José Antonio en El Puerto, foco de narcotráfico durante más de quince años, de la batalla policial y de la lucha de sus vecinos por intentar sobrevivir a la delincuencia que asoló sus casas y las convirtió en un gueto.

La demolición que se ha iniciado este lunes no se hará al completo, es decir, no caerán los cuatro edificios que forman este barrio de la ciudad, sino que se irá haciendo por fases debido a que no se ha alcanzado un acuerdo definitivo con algunos vecinos que todavía no han sido realojados. En esta primera fase, que se prolongará durante toda esta semana, caerán los portales dos, tres y cuatro, la primera línea de pisos que da a la carretera, 24 viviendas en total. El resto queda pendiente de que la Junta y los propietarios de otras líneas de casas lleguen a un punto en común definitivo. Si no se alcanza dicha conformidad, se iniciará el proceso de expropiación forzosa, aunque para este paso no se ha fijado un plazo concreto.

El derribo, adjudicado por 39.195 euros, ha comenzado una vez que se ha conseguido salvar una serie de inconvenientes técnicos originados por un tendido eléctrico que discurría a lo largo de la fachada de los inmuebles que van a ser demolidos. La colaboración entre la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de El Puerto y Endesa ha permitido que con la instalación de unos postes en paralelo se pueda desviar dicha línea y se hayan iniciado los trabajos, que, en su conjunto, se prolongarán durante dos meses.

El bloque objeto de la demolición se encuentra totalmente desalojado, mientras que en los tres edificios restantes de la barriada, situados en las calles Pasteur, Doctor Fleming y Cervantes, aún quedan viviendas ocupadas por sus titulares y por familias que residen de forma ilegal en ellas, al no ser las adjudicatarias.

«Ya era hora»

Vecinos de la zona y transeúntes sacaban pronto sus móviles al pasar por la Plaza de la Esperanza para retratar como algo histórico el inicio de este esperado derribo. «Ya era hora... han tardado demasiado», afirmaba José Antonio, uno de estos residentes. «Esto era insoportable... lo dejaron ir hasta que ya era imposible vivir aquí... », lamentaba mientras iban cayendo los cascotes de la primera planta del único bloque que de momento se destruirá.

La primera vez que se habló del derribo como una alternativa para acabar con el 'gueto' de drogodependencia en el que se convirtió esta barriada con hasta 27 puntos de venta de estupefacientes en sus apenas 400 metros cuadrados, fue en 2007, bajo la alcaldía de Fernando Gago. En el plan de actuación que se hizo entonces se contempló esta medida pero no ha sido hasta ahora cuando se ha empezado a ejecutar debido a los trámites necesarios y la falta de acuerdo que han ido lastrando la negociación.

Al inicio de los trabajos no ha acudido ningún responsable de la Junta de Andalucía, quien acudirá los próximos días. Sí han estado el alcalde accidental, Antonio Fernández y la concejala de Urbanismo, María Eugenia Lara. Además también lo ha presenciado el edil de Levantemos El Puerto, José Antonio Oliva, quien precisamente es uno de los propietarios con los que la Junta tiene que llegar al deseado acuerdo.

«Es un paso más para dignificar el barrio», destacaba la responsable de Urbanismo portuense, añadiendo que tras estos trabajos se podrá adecentar esta zona tan visible y de paso habitual de la ciudad con una zona verde y nuevas viviendas, un proyecto que sigue en el aire hasta que no se ejecute toda la actuación. «Lo que no queremos es que se convierta en otro espacio donde no se respete la convivencia», manifestó.

«Este es el comienzo del fin de esta barriada», afirmó Antonio Fernández, alcalde accidental y concejal de Economía y Hacienda. «Ha sido un trabajo de más de 16 años en los que Junta y Ayuntamiento han ido de la mano. Después de esta fase se iniciarán los expedientes de expropiación o acuerdo con los propietarios de los pisos que quedarán en pie pero esperemos que el proceso culmine lo antes posible para que por fin podamos ver que esta zona se regenera, con los planes sociales puestos en marcha y que el Barrio Alto se vea dignificado».

En cuanto a la seguridad de la zona, el concejal valoró que al dejar a la vista la calle más conflictiva, esta actuación podrá ayudar a que la Policía pueda actuar mejor y que el consumo y tráfico de drogas (ya residual) que hay se elimine definitivamente. En cuanto a cuestiones más estéticas, el derribo del frontal de la barriada dejará visible su segunda línea de pisos, la más deteriorada con pintadas, paredes agujereadas, tapiadas y gran cantidad de basura acumulada, por lo que es fundamental que el derribo de todo José Antonio se pueda completar para que así se borre de verdad esta imagen de desolación ubicada en una de las principales vías de circulación de El Puerto.

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