Farmaceútica y Nutricionista

Claudia de la Rosa: «Ningún alimento produce cáncer por sí mismo»

El reciente estudio de la OMS, que advierte de posibles vínculos entre el cáncer y el excesivo consumo de carne, enciende la polémica

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Hace no demasiadas décadas el pescado azul era considerado una comida fuerte, con efectos negativos sobre el colesterol porque era más graso que el blanco. Actualmente está demostrado que es un excelente aliado para pacientes con artritis reumatoide, problemas en las tiroides y afecciones del corazón por su riqueza en Omega 3 y ácidos grasos. La doctora Claudia de la Rosa lleva más de tres lustros atendiendo a pacientes en Cádiz, Algeciras y Alcalá y, en estos años, ha sido testigo de como se han ido modificando os hábitos alimentarios en la sociedad.

Tras el informe de la OMS, ¿ha notado más nerviosismo o los ciudadanos ya están curados de espanto?

–Se percibe la preocupación porque se ha metido en el mismo saco a todos los alimentos procedentes de las carnes rojas, pero no afecta por igual a todos.

¿Le parece adecuado que se equipare el efecto del abuso de carnes procesadas con el consumo de tabaco?

–Todo depende de lo que se consuma. Hay personas que ingieren carnes rojas o procesadas todos los días y en estos casos el riesgo de padecer cáncer colorrectal es más elevado. Del mismo modo, una persona que fume dos cajas de cigarrillos diarios tendrá mayor riesgo de padecer esta enfermedad que una que no fuma o consume uno o dos cigarrillos al día. Eso sí, no se puede meter todo en el mismo saco. Según el informe que publica la Organización Mundial de la Salud el 26 de Octubre, la carne roja procesada se ha clasificado como carcinógena para los humanos (Grupo 1).

Esta clasificación quiere decir que hay pruebas suficientes –tanto en humanos como en animales– de que este grupo de alimento produce cáncer colorrectal si existe una predisposición y se consume en exceso. En cambio, la carne roja se ha clasificado como «probable carcinógeno» para los humanos (Grupo 2A) y en consecuencia se establece que no hay pruebas en humanos que corroboren este hecho.

Hay que volverse vegetariano o ¿existen alternativas para reemplazar los nutrientes que aporta la carne?

–No, por supuesto que no hay que volverse vegetariano. La carne roja es un alimento estupendo en cuanto al aporte de proteínas de alta calidad, hierro de fácil absorción y vitamina B12 que no existe en los vegetales y cuya ausencia puede provocar anemia y deterioro del sistema nervioso. Además, el cuerpo humano absorbe mucho mejor el hierro cuando procede de la carne. En definitiva, no hay que abandonar el consumo pero sí respetar la pirámide nutricional que establece que lo adecuado es tomar carne dos o tres veces a la semana. Si se trata de carne roja, lo ideal es limitarla a una vez a la semana o cada quince días.

¿Qué sucede con alimentos tan respetados como el jamón ibérico?

–Bueno, pues la persona que lo consuma a diario, tendrá que espaciar su consumo hasta que realmente haya estudios que establezcan el jamón serrano como tal es carcinógeno.

¿Qué alimentos son más y menos peligrosos para desarrollar cáncer?

–Lo importante es que la alimentación sea equilibrada y variada. Mi recomendación es comer frutas y verduras frescas todos los días porque son ricas en antioxidantes. Esta es la mejor forma de que nuestro sistema inmune funcione bien y pueda ser capaz de defendernos de cualquier agresión. Hay que consumir más legumbres y tomar cereales integrales, arroz o pasta todos los días. Además, la Bahía de Cádiz es una zona que dispone de un pescado azul de calidad y hay que incluir en nuestra cesta de la compra esas caballas, jureles y sardinas porque son una importante fuente de ácidos grasos Omega 3.

Mi consejo es comerlas más a menudo porque disminuyen el riesgo de padecer cáncer y porque nuestro sistema inmune funcionará mejor. Finalmente, hay que incidir en que no hay ningún alimento que produzca cáncer por sí mismo. Hay unos alimentos más saludables que otros. Nada más. Todo dependerá de si su consumo es excesivo, como ocurre con todo.

A su juicio, ¿hemos americanizado nuestra dieta olvidando las raíces mediterráneas?

–Un poco. Yo intento en mi consulta diaria inculcar unos buenos hábitos alimenticios y unas pautas de vida saludables con una dieta rica en frutas, verduras, cereales como el pan y legumbres. En general, los dulces y alimentos procesados (embutidos, salchichas…) deben ser de consumo ocasional. No soy partidaria de seguir una dieta sin concesiones porque, de vez en cuando, es positivo darle un capricho al cuerpo. Se puede comer hamburguesa una vez cada dos semanas siempre que su consumo sea racional.

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