¿Cádiz es un destino ‘gay friendly’?

Cádiz tiene como destino turístico grandes potencialidades, tantas como nichos de mercado sin cubrir. Hasta ahora, el negocio del viaje por placer ha caído en esta provincia casi por castigo, propiciado por su increíble entorno natural, su gente y sus encantos, a lo que se ha sumado el empeño de unos cuantos empresarios solitarios.

Pero aún mucho mercado por explorar y explotar. Uno de ellos es el denominado turismo LGTB (colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). Se trata de un segmento emergente de interés para el destino por su potencial de crecimiento y por sus aspectos cualitativos ya que, según estudios de Turismo Andaluz, estos viajeros realizan un gasto medio superior a otros públicos, de alrededor de 130 euros (el doble de lo que gasta un crucerista o el turismo familiar en un día).

Además, estos viajeros tienen capacidad para desplazarse durante todo el año, sin ataduras familiares, hasta ahora.

A pesar de que en la provincia hay un entorno natural y unas playas especialmente llamativas para este colectivo, por ser naturales y muchas de ellas permisivas con el naturismo, este destino aún no ha despegado en la oferta dirigida exclusivamente al colectivo LGTB.

En estas semanas, instituciones como el Patronato Provincial de Turismo y la patronal Horeca están intentando elaborar un listado de establecimientos interesados en formar parte de una oferta conjunta como destino ‘gay friendly’ (amistoso con los gays), que no significa nada más que propiciar a este público un entorno respetuoso con sus orientación sexual.

La idea es que una vez que se haya agrupado dicha oferta se defina cuáles pueden formar parte de un producto turístico que tome cuerpo y forma en las próximas ferias internacionales de turismo. Cabe apuntar aquí que Turismo Andaluz suele montar un expositor en Fitur cada año dedicado exclusivamente al segmento LGTB y que uno de los stands de mayor tamaño de la feria de Madrid es este expositor.

El presidente de los hoteleros de la patronal Horeca, Stefaan De Clerck, apunta que, «sin duda, éste es un nicho de mercado por explotar, que suele traer un turismo con mucha capacidad económica». Y continúa apoyando cualquier iniciativa que suponga el desarrollo del sector turístico en Cádiz. «No nos cerramos a ninguna opción de crecimiento, pero también hay que decir que en nuestra provincia ya recibimos a mucho público homosexual. En nuestros hoteles celebramos numerosas bodas de gays y lesbianas, por ejemplo», apunta De Clerck.

Este tipo de viajero busca unos alojamientos pequeños, con una estética muy cuidada y en un entorno natural o en los cascos históricos de localidades como Tarifa, donde ya tienen una larga experiencia en tratar con el turismo homosexual, quien suele ser muy exigente en cuanto a la calidad de los servicios turísticos (por ser un viajero experto) y que busca un entorno tolerante con la forma de expresar su sexualidad. De cualquier forma, Cádiz se encuentra en una fase embrionaria de lo que podría ser un destino ‘gay friendly’ como ya lo son Torremolinos o la isla de Gran Canaria.