Armada Española

Elcano 2021, la gesta de dar la vuelta al mundo en plena pandemia

A menos de dos meses de su llegada prevista a Cádiz, la dotación del buque escuela ve más cerca completar la circunnavegación que comenzó en agosto

De arriba a abajo y de izquierda a derecha: el comandante Francisco Román Benítez, el sargento primero Armando Fernández García-Escribano, el guardiamarina Félix Peñuelas Romero y el marinero Manuel Antonio García Sánchez. Todos ellos a bordo del Juan Sebastián de Elcano durante la undécima vuelta al mundo del buque escuela. Armada Española

Verónica Sánchez

Tiene la posibilidad de dar la vuelta al mundo . En un bergantín-goleta de casi un siglo y acompañado por otras 230 personas. El viaje durará diez meses, en los que no podrá desembarcar en ninguno de los puertos a los que arribe el buque, porque nos encontramos en mitad de una pandemia mundial. Seguirá la ruta de la primera circunnavegación , completada hace 500 años por la nao ‘Victoria’, al frente de la que se encontraba el marino español de Getaria Juan Sebastián de Elcano y conmemorará ese quinto centenario del viaje que cambio para siempre la historia. ¿Cuál sería su respuesta?

«Esto es algo que no muchos pueden realizar, es un sueño, incluso con la pandemia decidí embarcarme en esta gesta», declara el sargento primero Armando Fernández García-Escribano , de 42 años, natural de Jerez y suboficial de frío y deportes del buque escuela de la Armada Española JuanSebastián de Elcano.

Hablamos con él durante el tránsito por el océano Índico, desde Yakarta a Maldivas, del ‘embajador y navegante’. «En mi caso concreto, ha sido como colofón final, ya que procedo del antiguo cuerpo de Sanidad de la Armada. Un sueño pendiente, convertido en realidad», cuenta el comandante enfermero Francisco Román Benítez , de 59 años y de SanFernando.

Para otros de los 172 miembros que componen la dotación del Elcano, como el marinero de maniobra Manuel Antonio García Sánchez , de 23 años y nacido en Cádiz capital, la aventura ha venido dada. «Cuando me alisté en la Armada y elegí este destino no había comenzado la pandemia», declara. Al igual que para los 62 guardiamarinas que realizan el 93 crucero de instrucción del buque escuela. «Nosotros los guardiamarinas tenemos la necesidad y obligación de embarcar en el Elcano para nuestra preparación como futuros oficiales de la Armada», señala el alumno Félix Peñuelas Romero , nacido hace 20 años en El Puerto de Santa María.

«Esperé lo peor, me preparé para lo peor y acepté lo que vino»

El viaje para los miembros de la dotación del Juan Sebastián de Elcano comenzó el 24 de agosto, cuando el buque escuela zarpó de Cádiz. Los guardiamarinas se incorporaron en Guayaquil (Ecuador) a principios del mes de diciembre. Estaban preparados para lo que venía por delante, meses confinados a bordo, sin pisar tierra firme. «Esperé lo peor, me preparé para lo peor y acepté lo que vino. Esto es muy habitual en los miembros de la Armada cuando se hacen a la mar», dice al respecto el sargento primero García-Escribano. Aún así, para algunos como el marinero García, para el que esta es su primera navegación, está siendo «mejor de lo que imaginaba teniendo en cuenta las condiciones de seguridad por la pandemia y el tiempo que llevamos embarcados» . Y, para otros, el viaje está siendo diferente a lo esperado. «Tiene sus lados buenos y malos. No podemos visitar los distintos puertos pero estamos aprendiendo mucho más que habiéndonos quedado en tierra sin realizar el crucero», dice el guardiamarina Peñuelas.

Y es que, cuando uno llega a diferentes puertos alrededor de todo el mundo y no puede bajarse del barco siente «impotencia» , admite el guardiamarina Peñuelas. «Es una oportunidad única para conocer mundo y por culpa de la pandemia nos es imposible». «Al principio sientes tristeza por no poder conocer los lugares y sus costumbres», declara el sargento primero García-Escribano, «después irritación por esta desafortunada pandemia y conforme pasa el tiempo, resignación».

A pesar de todo, la dotación del Elcano destaca lo bien que les están recibiendo en los puertos a los que llegan, donde les esperan autoridades de los diferentes países y los embajadores de España y agregados de Defensa. Además, en cada puerto que han visitado «los recibimientos están siendo espectaculares. Podemos notar como la gente nos acoge y admira desde la distancia y por ello estamos muy agradecidos», dice el guardiamarina Peñuelas. «Nos están recibiendo con mucha hospitalidad y tratan de enseñarnos, en la medida de lo posible, un poco de su cultura» , puntualiza al respecto el marinero García. Tan bien les están recibiendo que, cuando les pedimos que nos digan cuál les ha marcado especialmente, alguno no saben qué puerto elegir. Otros, como el guardiamarina Peñuelas, lo tienen claro: «la salida de Guam (USA) fue la más espectacular. Tuvimos un acto con grandes autoridades de la isla. Es un honor que se movilice tanta gente por nosotros». O el comandante Román, que se queda con «la salida de Cebú (Filipinas), la llegada al fondeo de Tidore-Ternate (Indonesia), al igual que la isla de Samar (Filipinas)». En Cebú, recuerda el marinero García, «tuvimos muchas visitas al muelle de locales para ver el barco desde la distancia».

«Cuidar al que tenemos al lado»

El día a día bordo se basa en la rutina. Guardias, trabajos, vigilancia con los compañeros, además de clases y observación astronómica para los guardiamarinas. Salpicado por ratos de lectura, deporte y el concierto de la banda de música al final del día en cubierta. A veces «como en el cruce del Ecuador, se realizan algunas actividades y fiestas tradicionales para romper con la monotonía», detalla el marinero García. Todo ello sin perder de vista lo más importante, como recuerda el sargento primero García-Escribano, «cuidar al que tenemos al lado».

Para no caer en la monotonía y la falta de motivación es fundamental, explican, tener bien estructurada la rutina y desconectar de vez en cuando viendo una película, haciendo deporte o con un rato de charla. Cada uno de ellos es fundamental para la conclusión exitosa del crucero. Darán la vuelta al mundo y regresarán a casa con la misión cumplida. Eso, cuentan, les motiva y les anima a seguir.

Lo más difícil es estar alejado de la familia y los amigos. Por suerte cuentan con las nuevas tecnologías y que el barco dispone de wifi. Así se mantienen en contacto con ellos a través de videollamadas, mensajería instantánea y las redes sociales. De este modo la distancia se hace más llevadera. No obstante, puntualiza el marinero García, «gracias a los compañeros con los que navego no me he llegado a sentir solo nunca»

Al preguntarles qué es lo que más están echando de menos , el comandante Román recuerda su embarque hace 20 años, cuando también estuvo destinado en el Elcano y afirma, «las entradas en puerto». El resto se decanta por cosas cotidianas en tierra como reunirse con la familia y los amigos, tener intimidad, salir a pasear, conducir o elegir lo que van a comer.

El día 13 de junio tienen previsto llegar a Cádiz. Les quedan menos de dos meses para regresar a casa. Este último tramo del crucero de instrucción lo afrontan con «ilusión» pero «sin bajar la guardia» . En la cabeza, cumplir la misión y, en el corazón, el abrazo de sus padres, esposas, parejas, hijos, hermanos y seres queridos, en demanda del que navega el Juan Sebastián de Elcano.

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