«Me dijo que me cortaría el cuello si lo descubrían»

El pasado 24 de mayo la paciencia de J. se agotó. Este taxista, usual de los servicios en el aeropuerto, que prefiere no rebelar su identidad por una simple cuestión de seguridad personal, denunció en comisaría la amenaza explícita de la que había sido objeto pocas horas antes, cuando le plantó cara a uno de los taxistas piratas que consuman allí su tarea delictiva de forma habitual: «Me acerqué junto con dos compañeros, para exigirle que no volviera a hacer los servicios sin la documentación correspondiente, y él se me envalentonó, me puso las llaves del vehículo frente a la cara me dijo que si la Policía lo descubría me iba a cortar el pescuezo».

Es un ejemplo más de la escalada de tensión que se está viviendo entre los profesionales del taxi de Jerez y aquéllos que, bien porque incumplen de forma sistemática la normativa que regula el sector, o sencillamente porque carecen de licencia, les están robando «un porcentaje altísimo de servicios importantes al mes, como mínimo, y por eso actué de esa manera: yo lo único que hice fue defender mis intereses y los de mis compañeros».

Según consta en la denuncia interpuesta, con número de atestado 6.340, y remitida al Juzgado de Instrucción Número 2, el individuo amenazó a J. advirtiéndole de que «como la Policía me pida los papeles, te vas a enterar, ya te cogeré, nos veremos». Además, el afectado recuerda que le insultó y le avisó de que «a los de uniforme no les puedo hacer nada, pero a ti te voy a cortar el pescuezo». El altercado se produjo después de que tres taxistas del aeropuerto avisaran a la Policía Local por la mañana para que interviniera.

El afectado explica que «están cada vez más crecidos, se sienten cada vez más respaldados, porque ya son una camarilla». El negocio sigue creciendo: J tiene contabilizados «más de 200 servicios realizados de esta manera en lo que llevamos de mes, y eso es el pan de taxistas de Jerez que se lo lleva quien no le corresponde». Entiende que está obligado «a luchar para que no la situación no continúe así, porque lo que no puede ser es que una persona honrada se pase cuatro horas en el aeropuerto para hacer una carrera a Jerez, y luego estos delincuentes nos humillen». J. recuerda que «es la imagen de toda la ciudad la que se pone en juego».

Con este tipo de amenazas, la simple competencia desleal pasa a ser, directamente, un auténtico chantaje.